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Reportaje:

El 'indiano' trae a Alejandro Sanz

Un emigrante que paga las fiestas de su pueblo crea una firma de espectáculos

Cuando se le pregunta por asuntos de dinero, el constructor Ramón Blanco siempre se ríe, como si sintiese un repentino deseo de escurrir el bulto o una rara variedad de timidez pecuniaria. Pero ahora parece que le duele menos reconocer lo que le cuestan los artistas, quizás porque este verano volverá a su pueblo convertido en promotor, pero no de viviendas, sino de espectáculos. Y no se estrena con cualquier cosa. Blanco, el niño emigrante de Taboadela (Ourense) que pagó el año pasado las fiestas patronales de la Virxe da Saúde, y trajo a Barón Rojo, a Ñu, a Bustamante, a Rosana, a Camela y a la Pantoja, volverá a pagarlas este verano, pero además traerá a Ourense, como negocio, a Alejandro Sanz y a Bisbal. No serán Shakira ni Julio Iglesias, como prometió en 2009 desde el escenario, en el frenesí de un fin de fiesta multitudinario con todos los vecinos jaleándolo, pero Blanco, superados los 50 años, se estrena en el gremio con dos platos fuertes del verano en Ourense.

El año pasado, en el frenesí del fin de fiesta, anunció que traería a Shakira
"En mi modesta opinión, las orquestas nos van más", afirma Veiga

El hijo de la parroquia de Soutomaior (Taboadela), un indiano a la nueva usanza que hizo fortuna en Barcelona con el ladrillo, ha creado con un socio en Cataluña la empresa de espectáculos Cidex Netgroup, y aunque ensaya en su tierra, aspira a organizar eventos "en toda España". David Bisbal será la prueba de fuego, el 2 de julio en Expourense. Y luego vendrá Sanz, el 31 de agosto, por el doble de precio: "Uno, 80.000, el otro 160.000, sin incluir los gastos de producción". Aunque ya se las había tenido que ver en Taboadela con algunos artistas complicados, ésta es la primera vez que sufre en sus carnes los caprichos de las estrellas. "Que si 50 toallas de una manera; que si 50 de la otra; cocina, comida... ¡Piden de todo!". Claro que en esta ocasión los conciertos no serán gratis para los vecinos, como lo eran en Soutomaior. En Expourense, el que quiera tendrá que apoquinar 23 euros para ver a Bisbal (un mes después, en el auditorio vigués de Castrelos costará 8) y 35, para Alejandro Sanz, "aunque en este caso habrá una zona business de cincuenta y pico".

Mientras tanto, ante la falta de noticias, en Taboadela la gente sigue en ascuas. Todos se preguntan qué va a pasar este verano, a primeros de septiembre. Allí, las fiestas no las contratará Cidex, sino otra empresa, Camoeiras, de unos amigos del benefactor. Y todo apunta a que el presupuesto va a ser más corto que el año pasado, cuando, después de reír y dudar durante un rato, Ramón Blanco confesó que le habían costado 130.000 euros.

Cuando se le mienta a Shakira, el filántropo local vuelve a soltar una carcajada. Parece evidente que la colombiana de las caderas rumbosas no entra en sus planes: "Estamos viendo qué traemos para unos tres días de fiestas... Varias orquestas y alguna actuación tipo David Civera, gente de Operación Triunfo o así", adelanta, "porque sólo con orquestas, la gente no te viene. Las más caras, París de Noia o Panorama, que va a ser imposible traerlas, cobran 18.000 o 20.000 euros, y no juntan más de 2.000 personas. En Soutomaior queremos otra cosa".

Al margen de esto, también para Ourense capital y con su nueva empresa, está negociando la organización de un macroconcierto de rock: "Quince horas seguidas de música con varios grupos", adelanta, aunque aún no sabe cuándo será.

Hay quien el año pasado veía intereses turbios en la generosidad del catalán de Taboadela. Pero él aseguraba que lo único que buscaba era el cariño de la gente. "No tengo nada que limpiar, y creo que no soy malo", afirmaba entonces el vecino que marchó con la familia a Barcelona a los siete años y que a los 15 ya trabajaba, escoba en mano, como aprendiz en obras de edificios del tiempo del desarrollismo.

Por su parte, en Lampazas (Samos), Jaime Veiga, el otro benefactor gallego, igualmente emigrante en Barcelona, que paga las portentosas fiestas de su aldea, ya anunció, durante el campeonato de tute que monta todas las primaveras para 200 parejas, que este año traerá también orquestas. Pero su forma de ver el asunto es justo la contraria: después de 11 años, él cree que los artistas de moda no funcionan en Lampazas. "Por ejemplo, algunos que vinieron, como Soraya o Sergio Dalma, en los directos, a veces cantados en inglés, no conectaron con los paisanos, que vienen de todas las aldeas vecinas", reconoce. "En mi modesta opinión, las orquestas nos van más. Y además este año no hay músicos que acaben de sacar disco, despunten y entren en nuestro caché".

Y como desde que paga las fiestas del lugar para agasajar a su madre ya ha traído "casi 40 orquestas gallegas", para no repetirse, este año, el 7 y el 8 de agosto, además de a Los Players de Ferrol y Amistad de Vigo, contratará a "dos de las mejores formaciones de España, nunca vistas en Galicia: Bellísima, de Valencia, y Gran Canaria", que con su nombre no engaña acerca de su origen.

Ramón Blanco, el verano pasado, en su casa de Taboadela.
Ramón Blanco, el verano pasado, en su casa de Taboadela.NACHO GÓMEZ

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