El empujón africano

Njaaya mira a Salif Keita y este se mira la piel. La cantante senegalesa sueña con componer una canción con el artista más reconocido de Malí. Un albino que ha retado a las supersticiones de su pueblo para convertirse en la voz del afropop. El deseo de la debutante Njaaya no parece imposible porque Salif Keita actúa esta noche en Sevilla media hora antes que ella, como cabeza de cartel de la 13ª edición del Festival Territorios.

Tras 20 años de carrera, Keita canta por primera vez sobre el trauma de ser diferente en África. De eso va su nuevo disco La différence. "He sufrido mucho", confiesa el músico por teléfono. "Es un ejemplo para las nuevas generaciones de músicos de su continente", afirma Njaaya.

Tindersticks y Public Enemy completan la propuesta en 2010

Junto a los veteranos raperos Public Enemy y la banda inglesa Tindersticks, Keita representa el principal reclamo de un festival, que arranca hoy a las 22.30 en el Monasterio de La Cartuja y durará solo tres días por un recorte del 30% en su presupuesto.

Keita viene a Territorios para hablar de amor. Rechazado por ser un albino en Malí ha necesitado grabar 10 álbumes antes de exorcizar los demonios de otros. "Me he liberado", reveló ayer desde París. El artista, considerado una de las grandes voces de África, ha cantado sobre todos los sufrimientos que padece su continente, pero hasta ahora no ha sido capaz de soltar su lastre personal.

"Nunca he podido hablar de ello, ha sido muy duro, únicamente quería sentirme como una persona normal". Un sacrificio al que se ha sometido por una simple razón: "Necesito sentirme libre".

Y a su liberación la ha llamado La différence. Un álbum que Keita define como su oportunidad. Tras dejar "la presión atrás", ha creado canciones sobre la dificultad que entraña sentirse distinto, "un mal que afecta a todo el mundo". Keita siente que corren tiempos difíciles. Por eso considera que los músicos tienen una misión. "Tenemos la facilidad de llegar a la gente y hablarles de lo que piensan. Es el momento de que contribuyamos".

El artista maliense llega hoy por primera vez a Sevilla para hacer una petición: "Hay muchas dificultades económicas y sociales, pero no se puede seguir matando por el color de la piel". Frases como estas conmueven a Njaaya, una artista soul que, junto a la banda de músicas del mundo Jac et Le Takeifa y los raperos Da Brains, constituye la apuesta de Territorios en 2010. Y es que el festival da un empujón a la música de Senegal, de donde son oriundas las tres bandas, porque cree en el sonido africano. Así lo demuestra también la participación del etíope Mulatu Astatke and The Heliocentrics.

Njaaya habla de Salif Keita con devoción, aunque ella se siente cómoda con su piel. "Solo con hacer una canción con él, ya lo habré hecho todo", afirma esta cantante que nunca había estado en España y que busca productor para su primer álbum, Social living. Cree que no lleva la etiqueta del mestizaje, que su rumbo es otro. "Lo que más me importa es ser independiente, pero he bebido de la tradición y ahí están Salif, Aminata Fall y Yandé Codou Sene".

Pero el Territorios se llama Festival Internacional de Música de los Pueblos y engloba gran variedad de estilos, desde el pop de Tindersticks, Los Planetas o Pony Bravo; el rap de Public Enemy, Morodo y SKDK o el funk rock de Los Delinqüentes.

Senegal se ve claro en el mapa que Territorios ha dibujado en 2010. Y Njaaya lo reivindica. "Los músicos de mi país tenemos que aprender de Keita porque con su cultura ha contribuido a África. Debemos darle las gracias. Así que yo les digo: id a buscarle".