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Bloqueo del tráfico aéreo andaluz

La nube volcánica paraliza los aeropuertos de Málaga, Sevilla, Granada y Jerez

La nube más famosa y molesta de la historia de la aviación civil, la que emana del volcán islandés Eyjafjalla, paralizó ayer el tráfico aéreo andaluz. La alta concentración de cenizas a menos de 20.000 pies (6.096 metros) obligó a cerrar los aeropuertos de Málaga, Granada, Jerez y Sevilla, aunque este último reabrió a media tarde. En total, se registraron más de 800 cancelaciones en toda la jornada, según Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena).

La anterior gran erupción del volcán, hace dos semanas, afectó al norte de Europa y forzó la suspensión de más de un millar de vuelos con origen y salida en la comunidad. Sin embargo, ayer la nube de cenizas, invisible al ojo humano, cubrió los cielos andaluces y cortó de raíz el ritmo aéreo. A las 17.30, el aeropuerto de Málaga, el principal de Andalucía y quinto de España en movimientos, vio sus cielos cerrados por la nube, cuya llegada estaba prevista para tres horas más tarde.

Hasta la hora del cierre del espacio aéreo se habían podido operar 98 de los 267 despegues y aterrizajes previstos en el aeropuerto de Málaga. Además, hasta esa hora, se habían registrado 74 cancelaciones. Los 95 vuelos previstos desde las 17.30 se vieron afectados por la nube.

Fuentes de Aena aseguraron que los responsables del aeropuerto estaban preparando el dispositivo de asistencia y atención a los viajeros, y que se pondría en marcha en el momento en que hiciera falta. A partir de las 20.00 estaba previsto que la concentración de cenizas entre los 20.000 y los 35.000 pies (10.668 metros) se redujera de modo que las restricciones aéreas en esas alturas quedarían levantadas. La previsión de Eurocontrol para las doce de la noche de hoy era que la nube se disipase en la vertical de Málaga entre los cero y los 20.000 pies, con lo que el aeropuerto se podría reabrir.

El aeropuerto sevillano de San Pablo estuvo cerrado desde las 6.00 hasta las 18.00. Los centenares de viajeros que no podían viajar dormitaban en sus asientos, hacían cola frente a las ventanillas de sus compañías o sacaban fotos a los paneles en negro. Y no sólo los viajeros. Francisco Hidalgo, que lleva 24 años trabajando en el aeródromo hispalense, también fotografió el lugar. No era la primera vez que veía San Pablo medio vacío. "En huelgas de controladores y personal de Iberia, esto está igual".

Aspecto similar, razones distintas. Los 82 vuelos cancelados de las 10 compañías que operan en Sevilla no provocaron ayer enfados visibles. La gente parecía consciente de que no se podía disgustar con una nube. "La naturaleza es sabia e incontrolable", sentenció Elvira Pazos, de 74 años, ante el punto de información de Vueling. Llegó en avión para el bautizo de su bisnieto y volvió con su hijo en coche a Tui (Pontevedra). Ocho horas de viaje, como antiguamente. El trayecto de Bruno Garbagnati para trasladar a sus padres a Milán iba a ser bastante más largo de lo previsto. Este italiano residente en Sevilla se reía ante la perspectiva: "Dos horas en avión que serán dos días en coche".

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Sólo una hilera de personas aguardó ayer toda la mañana ante el mostrador de facturación de Vueling, la única compañía que ofreció transporte alternativo en autobús hasta Madrid. La gente, desperdigada por el suelo y los asientos, tenía que elegir entre cambiar la fecha de su vuelo, coger el reintegro de su billete o seguir esperando. Entre los afectados se encontraba un grupo de 25 estudiantes de ESO que viajaban a un intercambio escolar a 80 kilómetros de París y el guitarrista iraquí de flamenco Yuku Guria, que iba a la capital francesa a dar recitales. El artista se mostró paciente: "Odio el autobús, esperaré".

Los afectados por el cierre del aeropuerto de Málaga hacen cola, ayer, ante los mostradores de las compañías aéreas.
Los afectados por el cierre del aeropuerto de Málaga hacen cola, ayer, ante los mostradores de las compañías aéreas.Julián Rojas

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