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Tentaciones
Reportaje:INTERNET

Videojuegos en pie de guerra

Un cura pederasta. Una mujer que finge a la perfección el orgasmo. Un ejecutivo de McDonald's. Dios. Un magnate del petróleo. No son los personajes de una enrevesada sitcom ni estamos arrancando un chiste. Son algunas de las personalidades que puedes adoptar en los videojuegos gratuitos de Molleindustria, posiblemente los más atrevidos que puedas encontrar en la Red. Bajo la premisa "juegos radicales contra la dictadura del entretenimiento", Paolo Pedercini (Castiglione delle Stiviere, 1981) se apropia del lenguaje de esta industria para reventar sus clichés.

"Todo empezó en 2003", cuenta Pedercini, "buscando una fórmula expresiva donde confluyeran arte, activismo y programación. Mi inspiración entonces fue el movimiento street TV: pequeñas teles piratas con un alcance de emisión muy corto que surgieron en Italia como reacción al monopolio que ejerce nuestro Gobierno sobre los medios de comunicación. La idea era crear un contrapoder frente al control masivo y omnipresente". Puso a prueba sus posibilidades convocando a través de su web una cibermanifestación paralela a la real celebrada en Barcelona y Milán en el Euro May Day de 2004. Hasta 17.000 personas crearon su avatar para protestar contra la precariedad laboral.

"Creamos un contrapoder frente al control masivo y omnipresente [del Gobierno italiano]"

Pedercini ha adoptado las proclamas esgrimidas contra la Organización Mundial del Comercio en las protestas de Seattle de 1999: "No odies los medios, conviértete en ellos". Empezó por un par de divertidos jueguitos inofensivos, Tamatipico y Tubloflex, que invitan a reflexionar sobre la calidad de vida y la precariedad del trabajador temporal. Y siguió con Orgasm simulator, donde ganas si complaces a tu hombre fingiendo. Pronto su irreverencia alcanzó a las grandes corporaciones. Con McDonald's videogame puedes medrar en el imperio de la comida rápida ignorando las consecuencias del capitalismo global. En Oligarchy, perforar todo el planeta en busca de petróleo, untar a la clase política y frenar las energías renovables. Y, gracias al juego de cartas virtual Memory reloaded, hackear el revisionismo histórico.

Con todo, los únicos que le han traído problemas a Pedercini son los tocantes al clero. "Cuando subí hace tres años Operation: Pedopriest, que trata sobre curas que abusan de niños, el parlamento italiano propuso cerrarme la web y tuve que trasladarla a un servidor estadounidense. Y con Faith Fighter, una versión de Street Fighter donde puedes luchar siendo Dios, Cristo, Buda o Mahoma, salió un artículo en un tabloide inglés tergiversando sus intenciones que suscitó una airada reacción de la comunidad islámica sin ni siquiera haber visto el juego". Como respuesta, Pedercini ofreció una versión censurada (sin Mahoma) y Faith Fighter 2, donde tienes que lograr que no desaparezca ningún dios de este mundo a base de darles amor.

La controversia no es patrimonio exclusivo de los juegos independientes. "Hace diez años, los shooters [o videojuegos de disparos] recibían críticas. Ahora, por alguna razón, tienen una aceptación masiva y dominan el mercado. Sólo generan cierta reacción negativa cuando tocan un tema real, como aquel sobre la matanza de Columbine [Super Columbine Massacre RPG!], que luego resultó ser más documental que otra cosa. En EE UU, por ejemplo, no importan las cotas de violencia, pero se escandalizan con todo lo relacionado con el sexo. Basta recordar el escándalo Hot Coffee, generado en 2004 por los responsables de Grand Theft Auto al incluir una escena de sexo no explícito. Y estamos hablando de un juego sobre matar polis, atropellar a gente y alquilar putas...".

Pedercini es hoy profesor en la Carnegie Mellon University (Pittsburgh), la misma donde se licenció Warhol, y ni se plantea hacer negocio con Molleindustria, aunque ya haya realizado advergames (juegos-anuncio) para BBC o MTV. "Quiero permanecer independiente y al mismo tiempo articular una crítica sobre los videojuegos mainstream. Existe la convención de que son ideológicamente neutrales, algo que resulta completamente imposible: todo producto cultural parte de una base ideológica. El videojuego no-político no existe. Incluso los Sims, tan aparentemente inocentes, proponen un modelo muy consumista de vida. Ante eso, yo respondo: hago juegos abiertamente politizados para hacer a la gente pensar".

¿Y cree que su modelo alcanzará a los gigantes del videojuego? "Ya está sucediendo. No soy el único que está experimentando desde una postura activista. Si ha pasado en el cine, donde películas que supercomerciales como Avatar o Wall·E abordan temas serios como el medio ambiente y el consumismo, ¿por qué no va a llegar esto a los videojuegos? Es sólo una cuestión de maduración del medio".

www.molleindustria.org

<b><i>Operation: Pedopriest</i> trata sobre curas que abusan de niños. El parlamento italiano propuso cerrar la web y se trasladó a un servidor de EE UU</b>
Operation: Pedopriest trata sobre curas que abusan de niños. El parlamento italiano propuso cerrar la web y se trasladó a un servidor de EE UU
<b>El juego de cartas virtual<i>Memory reloaded, hackea</i> el revisionismo histórico</b>
El juego de cartas virtualMemory reloaded, hackea el revisionismo histórico
<b>May Day Netparade creado por Paolo Pedercini, con avatares ideados por los propios cibermanifestantes.</b>
May Day Netparade creado por Paolo Pedercini, con avatares ideados por los propios cibermanifestantes.

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