"Voy a ser campeón del mundo"

Engañaba a sus familiares, como lo hicieron otros tantos en su época, como también lo hizo su amigo Ricardo Tormo, para poder andar en moto de pueblo en pueblo, de prueba en prueba, jugándose el pellejo. Porque a finales de los setenta y principios de los ochenta el mundo del motociclismo era otra cosa. Por aquel entonces había carreras todos los fines de semana en Alzira, en Cullera... Y cualquiera soñaba con ser piloto. La diferencia era que cuando él se presentaba no decía "quiero ser piloto". Jorge Martínez decía "yo voy a ser campeón del mundo". Le llamaban Aspardenya, porque era el nieto del aspardenyer de Alzira. Y con eso se quedó.

Hoy es Aspar. Y ya no es aquel chaval que fue cuatro veces campeón del mundo. Hoy es el Aspar empresario que, paso a paso, ha conseguido este 2010 tener un equipo en cada categoría del Mundial de motociclismo. Aspar celebró ayer, en el Museo Príncipe Felipe de Valencia, sus primeros 30 años dedicados al mundo del motor. Lo hizo rodeado de familiares, amigos, moteros, pilotos, empresarios y políticos.

Ahora es el jefe de Team Aspar, con pilotos en las tres categorías

"Jorge tenía la mirada del tigre", asegura Adrián Campos

La segunda planta del edificio exhibe, como si de arte se tratara, una excepcional colección de motos, monos, cascos... Los recuerdos de Aspar. El piloto atrevido que se puso entre ceja y ceja alcanzar a Ángel Nieto. Y terminó cabreando al 13 veces campeón del mundo, a quien perseguía vuelta tras vuelta en el circuito urbano de Jerez a principios de los ochenta. "Di dos vueltas detrás de él. Vio que no me dejaba atrás. Se quedó agachado a la llegada de la curva, esperando a frenar, y yo pensé ¿y ahora cuando freno? Me fui recto, me comí toda la paja y casi me caí". "¡Niño! Tú no sabes que así no se puede ir", le replicó aquél cuando se lo encontró en el taller. "¡Me estaba hablando Ángel Nieto!", rememoraba Aspar. "Vi que tenía talento", dijo Nieto, que fue su compañero y también su amigo. "Jorge tenía la mirada de tigre, esa mirada de los que van a hacer algo grande", añadió Adrián Campos, otro de sus compañeros en la batalla.

Aspar cuenta que su mujer le recuerda a veces aquella promesa que le hace de vez en cuando de echar un poco el freno, pero él, afirma, no puede dejar de "trabajar y trabajar y trabajar". Así, a base de trabajo, ha ido cosechando éxitos. Y de las motos que pilotaba, las Bultaco que hoy parecen de juguete, patrocinadas por firmas como Avidesa o Electrodomésticos Xàtiva, ha ido avanzando hasta colocar a pilotos en 125cc, en Moto2 y en MotoGP, la categoría reina, en la que participa por primera vez este curso, con un piloto valenciano, Héctor Barberá. El piloto es ahora empresario, el jefazo del Team Aspar, a quien todos ensalzan como persona; y uno de los empresarios que se lanzaron a una piscina vacía y apostaron por traer la Fórmula 1 a las calles de Valencia. Aunque ayer nadie habló de monoplazas. Sólo existían las motos, su auténtica pasión.