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Los cambios en el Gobierno

Álvarez deja Justicia con varias reformas en marcha

Javier Martín-Arroyo

Begoña Álvarez (Granada, 1968) ha estado sólo 11 meses al timón de un barco con un rumbo muy difícil de enderezar, y con demasiado lastre acumulado durante años. En tan poco tiempo, las medidas han apuntado en la dirección adecuada que marcaba la brújula, pero nadie hace milagros en mitad de una tempestad como la que ha vivido la justicia andaluza durante la última década, avivada además por una crisis que ha levantado olas aún mayores.

Abogada con una amplia experiencia internacional gracias al Consejo General del Poder Judicial, profesora y ex delegada de Justicia en Granada, la consejera conocía las tripas y carencias de un sistema viciado para coger el toro por los cuernos y ponerle remedio. Pero se quedará con las ganas. Cuando accedió al cargo impulsó medidas dirigidas a reducir el tremendo atasco de casos, e intentó paliar la desesperación de los ciudadanos por la lentitud e ineficacia de la justicia.

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"Ha sido la consejera de la crisis. Y evidentemente eso no ayuda a los proyectos a largo plazo que necesitamos", opinó ayer el juez decano de Sevilla, Federico Jiménez. La amenaza de que los errores judiciales del caso Mari Luz se reprodujeran desvelaron a la opinión pública la precaria situación de los juzgados. Y para poner remedio hacía falta inversión en sistemas informáticos, una reorganización radical de la nueva oficina judicial, más medios y personal. Necesidades casi incompatibles con un recorte de presupuestos.

"Maltrato de la Junta"

Ayer los sindicatos lamentaban el "maltrato" al que la Junta ha sometido a la consejería, con seis consejeros en seis años. Y la posible renovación de los equipos siempre conlleva un retraso hasta retomar las negociaciones y se aclaran los anteriores compromisos o se hace borrón y cuenta nueva.

La consejera desempolvó la reforma de la ley de la Función Pública, creó gabinetes técnicos para reducir el atasco en lo contencioso-administrativo, 1.000 funcionarios trabajaron por las tardes para desatascar sus juzgados e interconectó los 64 juzgados andaluces de lo Penal. Por el contrario, su servicio estrella, el Servicio Común de Ejecutorias que iniciará la ansiada revolución hacia la nueva oficina judicial, se ha quedado empantanado a la espera de un acuerdo con los sindicatos que aún no ha cuajado.

Además de firmar el primer pacto por la Memoria Histórica, Álvarez defendió las excavaciones arqueológicas en la fosa de Alfacar donde finalmente no se hallaron los restos de Federico García Lorca.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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