Último adiós a Vidal-Beneyto
El sociólogo fue enterrado ayer en Carcaixent, su localidad natal
José Vidal-Beneyto volvió ayer a su tierra, a Carcaixent. Don José o Pepín, según quien se dirigiese a él, fue enterrado en el pueblo que le vio nacer hace 82 años y que le otorgó la medalla de oro el mismo año que también fue reconocido como valenciano de honor en París.
"Valenciano, español, europeo, ciudadano del mundo" fue el intento, ayer, durante el entierro, de circunscribir a este sociólogo, activo opositor franquista y socio fundador y colaborador de EL PAÍS en un espacio. Su familia ocupó el lugar más destacado en la despedida de ayer, pero su vocación europeísta también quedó fielmente reflejada con la presencia de algunos de sus amigos, como el europarlamentario Marcelino Oreja, quien se encontró con algunos de sus compañeros, como José Manuel García Margallo o Íñigo Méndez de Vigo, todos ellos del PP. En representación del Consell acudió Juan Cotino y, también como amigos personales, el consejero Rafael Blasco y la directora del IVAM, Consuelo Císcar. La presencia del socialismo quedó limitada a los representantes del PSPV en el municipio, mientras que la Coordinadora General de Esquerra Unida, Marga Sanz, acudió al cementerio, donde también se pudo ver una corona de flores enviada por el Partido Comunista.
La ausencia del PSPV contrastó con la asistencia de cargos del PP y EU
Le Monde Diplomatique y la Fundación Amela fueron otras de las entidades que rindieron homenaje a un hombre que, tal como se expuso en el fueral, "ha sido un gran militante de la cultura", por lo que "su influencia tiene que perdurar". "Así seguirá vivo", añadió el sacerdote, que habló de la inmortalidad y de los libros. Vidal-Beneyto era catedrático de la Universidad Complutense y hasta la Ribera Alta se desplazó ayer el rector de este centro, Carlos Berzosa, acompañado de otros catedráticos, profesores y compañeros del sociólogo.
Su viuda, Cecile Vidal, fue quien decidió que Pepín debía descansar, ya para siempre, en Carcaixent. Y hasta allí también viajó el cantautor Paco Ibáñez. Una de las nietas eligió a Pablo Neruda para despedir a un "hombre infatigable", en palabras del historiador Paul Preston.
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