Bernard Coutaz, productor francés
Fundó y fue presidente del sello musical Harmonia Mundi, con filiales en Europa y EE UU
"Qué quiere que le haga, yo he tenido siempre la manía de preservar mi libertad". La frase, que revela bastante del personaje, la utilizaba Bernard Coutaz, fundador y presidente del sello discográfico independiente Harmonia Mundi, cuando alguien pretendía negociar la compra de su empresa. Después de más de medio siglo al frente de la compañía, el francés Coutaz falleció en Arles la tarde del viernes 26 de febrero, a los 87 años de edad, a causa de un ataque al corazón.
Coutaz pasó los últimos 50 años dedicado por entero a la producción y distribución musical. Pero fue una carrera elegida después de escapar de otras aventuras. Esa "independencia espiritual", de la que hacía gala en los negocios, lo forzó a abandonar la orden religiosa de los salesianos, donde se formó durante unos años. Comenzó su carrera como periodista, en el sector de la izquierda católica, en Témoignage chrétien, y publicó novelas y ensayos.
Juró que no editaría discos compactos y se negó a entrar en el mundo digital
En 1958 funda en París Harmonia Mundi. Nace como sello de música clásica pero, con los años, acabó convirtiéndose en distribuidora de discos y libros. La creación en 1988 de Éditions Bernard Coutaz, que publica obras de género diverso, supone en la actualidad el 40% del negocio del grupo.
La primera estrella de la compañía fue el contratenor Alfred Deller. Harmonia Mundi trabaja hoy sobre una base regular de 40 artistas, entre los que destacan los directores belgas René Jacobs y Philippe Herreweghe, el barítono alemán Matthias Goerne, el pianista francés Alain Planes o el contratenor también germano Andreas Scholl. Algunos de estos artistas han llegado a la compañía en los últimos 10 años, después de que la crisis obligase al cierre de algunos de los grandes sellos discográficos. Aunque no pasaba inadvertida tampoco para él, en esta época Bernard solía decir que la "crisis del disco" no existía.
Una de las luchas fundamentales de este editor, que se resistía a introducirse en el mundo digital, ocurrió durante los años setenta, cuando lideró la batalla por la bajada del IVA francés (el TVA) aplicado al disco. Para el jefe de Harmonia Mundi, firma distinguida también por el diseño refinado de sus carátulas, la llegada del CD en los ochenta supuso una "retroceso editorial". Juró entonces que no lo suscribiría. Y volvió a jurar cuando llegó la digitalización. En 1995, adaptándose a los nuevos tiempos, Harmonia Mundi abrió su primera tienda. Hoy hay 46 establecimientos repartidos entre Francia y España. Este modelo de negocio le ha permitido acercarse al cliente en un entorno (el de las ciudades medianas) en el que otras casas, como la Fnac, no están tan presentes.
Hace algunos años que Bernard Coutaz preparó la sucesión. Desde ahora será su segunda esposa, Eva Coutaz (de quien se separó en lo sentimental, pero nunca en lo laboral), la que estará a la cabeza del grupo. Una compañía con base en Arles que posee unas cifras de negocio de 60 millones de euros, tiene alrededor de 350 empleados y 6 filiales en Alemania, Holanda, España, Estados Unidos y Suiza.
La página web de Harmonia deja estos días constancia del esfuerzo y el entusiasmo que pondrá todo el equipo para "perpetuar la herencia" de su fundador.
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