Guti exige más atrevimiento

Desde que Florentino Pérez y Jorge Valdano llegaron al Real Madrid en el verano de 2000, a la planificación deportiva se le empezó a llamar "política deportiva". El concepto entrañaba complejidades nuevas, requerimientos desconocidos para el lego en marketing, condicionantes inimaginables para el aficionado medio. De su resistencia dan fe los años. El pasado mes de julio el modelo cumplió nueve años. Ha sobrevivido incluso al interludio de Pedja Mijatovic, que también se ufanaba de hacer "política de fichajes". Con el regreso de Florentino Pérez y de Valdano se han triplicado las inversiones, pero la idea rectora permanece. Todo es tan inmutable que después de invertir 270 millones de euros en reforzar la plantilla el pasado verano, en la hinchada y en el seno del propio club se extiende la convicción de que contra el Lyon, el próximo miércoles, José María Gutiérrez, Guti, será imprescindible para salvar la temporada del desastre.

"Es un partido para dar un golpe de autoridad en Europa", explicó

Le preguntaron cuánto le quedaba de alta competición y dijo: "Espero que este año"

Guti cumplirá 34 años en diciembre y tiene tantas ganas de seguir jugando en el Madrid que hace poco le confesó a Michael Robinson que está impaciente por instalarse en Bangkok con sus palos de golf y una Harley Davidson que promete pilotar "hasta cuando llueva". Ya se sabe que las motos, con el agua, patinan. Pero Guti quiere arriesgarse a derrapar, incluso en la temporada de los monzones. El hombre está tan harto de ser un reclamo popular madrileño que a veces preferiría que se lo tragara una tormenta tropical.

Ayer le preguntaron que cuánto tiempo le quedaba en la alta competición y respondió con toda la paz del mundo: "Espero que este año". El mediapunta acababa de salvar al Madrid de una derrota trágica ante el Sevilla, el sábado, y el domingo por la mañana seguía tranquilamente seguro de que su época dorada en el fútbol había pasado. Su entrenador, Manuel Pellegrini, lo hizo entrar cuando faltaba media hora y el marcador señalaba un 0-2 en contra. Con Guti llevando las riendas del equipo, el partido terminó 3-2. La hinchada percibió su importancia desde que pisó el campo. Lo recibieron como a un salvador. A Kaká, una de las grandes apuestas del club para esta temporada, lo despidieron con una pitada. Fue la silbatina más resonante que escuchó el brasileño en el Bernabéu. El público le maltrata cada día con menos remordimiento. Cada vez son más raros los que esperan que aparezca frente al Lyon para remontar el 1-0 de la ida. En cambio Guti suma creyentes.

"¿Que ahora dicen que este es el mejor Madrid de los últimos 15 años?", se preguntó Guti con cara de póquer. "Pensar que éste es un gran equipo cuando todavía no hemos ganado ni un solo título es complicado. Hasta ahora hemos hablado mucho. Hemos ofrecido muchas conferencias. Pero ahora hay que actuar porque la Liga y la Champions siguen estando complicadas. Contra el Olympique jugaremos el partido más importante de la temporada. Y tendremos que demostrar que somos superiores desde el primer minuto, y no en la última media hora, como contra el Sevilla. El miércoles no podemos cometer los mismos errores".

Guti lanzó un mensaje claro a su entrenador. Se huele que Pellegrini está tentado de resolver la baja de Alonso saliendo con Lass y Diarra como titulares en el medio campo. Y tiene razón. Más prudente que atrevido, el técnico entiende que Guti y Van der Vaart llevan un mes de inactividad y que no están físicamente enteros para ser titulares. "Guti sólo puede jugar 40 minutos al máximo", aseguran en el club. Hasta ahora, en caso de duda, el entrenador se ha inclinado por poblar el medio campo con jugadores defensivos, muchas veces porque no ha tenido dónde elegir, puesto que el club le traspasó a Sneijder en verano. Guti, que contabiliza seis titularidades y ocho suplencias, lo previene: "Yo estoy listo para ser titular y Van der Vaart también. Éste es un partido para dar un golpe de autoridad en Europa. Hay que ser más ofensivos que otras veces. Tenemos que ir a por ellos desde el primer minuto para hacerles un gol lo antes posible y echarles a la afición encima. No pasar la eliminatoria contra un equipo como el Lyon sería un fracaso".

El Lyon suma seis partidos sin encajar un gol. La defensa francesa es una muralla. Pero Guti no está preocupado. Su zurda esconde una escalera. Y si no funciona sabe que, más tarde o más temprano, ahí estará Bangkok.

Guti: "Sería un fracaso no ganar al Lyon"