Busque solución a este enredo
ACS y Sacyr batallan por asentar sus posiciones en Iberdrola y en Repsol
Una vez más, en vísperas de la primavera, con el rito anual de las juntas de accionistas próximo, dos empresas españolas punteras, Repsol YPF e Iberdrola, se han convertido en campos de batalla. Prácticamente desde 2006, cuando las grandes constructoras empezaron a hacerse notar en el sector de la energía, tanto Sacyr Vallehermoso -20% de Repsol- como ACS -12% de Iberdrola- han reclamado a los gestores de las compañías más atención, más peso y, a ser posible, más dinero.
Este año, las escaramuzas han sido más intensas. Y, no por casualidad, han incorporado un elemento nuevo: una propuesta del PSOE para reformar la Ley de Sociedades Anónimas y eliminar la limitación de los derechos de voto en las empresas. De ser aprobada la reforma, revalorizaría la inversión de Sacyr y de ACS. Tanto Sacyr como ACS votan en Repsol y en Iberdrola por un máximo del 10% del capital pese a que sus participaciones superan ese porcentaje. Así lo establecen los estatutos de ambas compañías. Además, no pueden concertar el voto con otros inversores.
La pugna más dura enfrenta a Sánchez Galán con Florentino Pérez
Esa combinación de escaramuzas empresariales, decisiones políticas y modificaciones legales ha provocado un enredo considerable. Como en la serie de humor Soap (titulada Enredo en España), en el sector empresarial español, y especialmente en el de la energía, hay que estar muy encima de los acontecimientos para no perder de vista la punta del ovillo.
Porque el embrollo es serio. Basta con examinar las relaciones entre los protagonistas de la pugna, tal y como ellos mismos o sus próximos las explican. La cosa es más o menos así: Antonio (Brufau) y Luis (del Rivero), que están enfrentados en Repsol YPF, han conseguido, a duras penas, guardar las formas. Ambos observan atentamente la situación de "Nacho" (Sánchez Galán), de Iberdrola. Éste se lleva -ahora- correctamente con Antonio (Brufau) y está directamente a tortas con Florentino (Pérez). El presidente de ACS y del Real Madrid, a su vez, considera a Antonio (Brufau) un amigo, aún cuando su estrategia de enfrentamiento con "Nacho" (Sánchez Galán) pueda beneficiar a Luis (Del Rivero). En suma, el gran enredo.
Para desentrañar el irregular ovillo montado hay que ir por partes. Sólo así se pueden encontrar las similitudes y las diferencias que existen entre las empresas y las razones del enfrentamiento.
Repsol YPF e Iberdrola comparten un hecho: sus principales accionistas, Sacyr Vallehermoso y ACS -como Acciona en Endesa- proceden de la construcción. Bien relacionados en las esferas gubernamentales, apostaron con fuerza y prácticamente a la vez por el sector de la energía. Entraron cuando la actividad constructora declinaba, con créditos bancarios que entonces estaban baratos y cuando nadie preveía la gran crisis que ha hecho tambalear el sistema. La apuesta fue bien durante un tiempo. Acciona invirtió en Endesa, mantuvo durante 17 meses una difícil relación con los italianos de Enel y acabó cediendo la gestión de la eléctrica a la compañía italiana a cambio de activos "verdes" y con unas plusvalías de 1.850 millones. ACS, por su parte, controló Unión Fenosa, la vendió con plusvalías de 4.000 millones y cambió de caballo al apostar por Iberdrola. Pero la buena racha se acabó y tanto Sacyr como ACS aguantan en Repsol y en Iberdrola en una coyuntura más desfavorable.
Hasta aquí las coincidencias. Ahora, las diferencias. En Repsol YPF, Sacyr Vallehermoso logró entrar en el consejo. Con tres representantes en el consejo -Del Rivero, Juan Abelló y José Manuel Loureda- Sacyr, aparentemente, ha decidido aplazar la batalla que planteó desde octubre pasado, centrada en tres puntos: más consejeros, más dividendo y adecuar las inversiones a la crisis.
En Iberdrola, la pelea es distinta. Sencillamente, Sánchez Galán no aguanta a Florentino Pérez y no quiere que se incorpore al consejo -limitado a 15 miembros-, tal y como reclama el presidente de ACS. El argumento de Sánchez Galán es simple: no se puede sentar a un competidor para que tome decisiones sobre la empresa con la que compite. Por ello, y a pesar de que legalmente a ACS le correspondería al menos un consejero por el 12% de las acciones que controla, Sánchez Galán le cierra el paso. Respaldado, puntualiza, por la junta de accionistas, que en 2009 votó mayoritariamente a favor de no incorporar al consejo a personas o grupos considerados competencia.
La cuestión, por lo tanto, está en dilucidar si ACS compite con Iberdrola. Sánchez Galán no tiene dudas. "Sí" explicó esta pasada semana en Londres. "No ha cambiado nada desde el pasado año" añadió. "No", explican en ACS. Fuentes del grupo añaden que si en alguna actividad hubiera competencia, el representante de ACS en el consejo de Iberdrola "podría abstenerse de votar y abandonar la reunión". "Estaría continuamente en el pasillo", ironizan en Iberdrola.
Ante posiciones tan encontradas conviene ir a los hechos. Uno: ha habido consejeros de Iberdrola como Juan Luis Arregui, fundador de Gamesa, presidente de Ence (que tiene una planta de cogeneración) con intereses en empresas con actividad en energía. Otro: ACS invierte importantes cantidades en el mismo sector que Iberdrola: las renovables. En 2009, ACS invirtió en proyectos eólicos y termosolares alrededor de 1.000 millones. ¿Tablas en la partida? No. Iberdrola insiste. El caso de Arregui, puntualiza, fue examinado favorablemente por la comisión de auditoría de la compañía y es, en técnica jurídica, "un conflicto puntual" resuelto, mientras que el de ACS es "un conflicto estructural". Con las espadas en alto, Florentino confirmó el viernes que presentará un candidato a consejero en la junta (con prima de asistencia) que se celebra en marzo en Bilbao.
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