"Yo me presenté para ayudar, no para ser el verdugo de mi pueblo"

Óscar Román dedicó su última mañana como alcalde de Carratraca (Málaga, 923 habitantes) a ordenar papeles y a realizar un arqueo de la caja con la secretaria municipal y el interventor. "Cuando llegué hace diez años había 240.000 euros de deuda, hoy dejo la misma cantidad en dinero líquido", afirma con un punto de orgullo. Ayer por la tarde, Román, de 45 años y militante de IU, se convirtió en el primer alcalde andaluz que abandona el puesto de regidor para no tener que sancionar y ordenar el derribo de las aproximadamente 100 viviendas irregulares que hay en su término municipal. Con su renuncia, notificada en un pleno extraordinario, Román da un paso con el que han amagado decenas de alcaldes del interior de la provincia, especialmente en la comarca de la Axarquía.

El Ayuntamiento queda paralizado al renunciar también el teniente alcalde El PSOE no ocupará el sillón de regidor y el PP estudia si presenta candidato

"Yo me presenté al cargo de alcalde para ayudar, no para convertirme en el enemigo y el verdugo de mis vecinos", afirma Román, sobre quien pesa una denuncia en la Fiscalía por un delito contra la ordenación del territorio: "Me imputaron por autorizar la parcelación de una finca de regadío", asegura el alcalde. Román, liberado por IU como jefe de área en la Diputación malagueña, trabajaba antes como agente de medio ambiente.

La renuncia de Román, hecha oficial ante un salón de plenos abarrotado por sus seguidores desde media hora antes, y que le tributaron una ovación de muchísimos decibelios, deja al Ayuntamiento en una curiosa situación política. La corporación está compuesta por siete concejales: el hasta ayer regidor permanecerá como edil en la corporación, y sus dos compañeros de partido rechazaron sustituirle en su puesto. Los dos concejales del PSOE tampoco están dispuestos a ocupar la alcaldía. Sólo los dos ediles del PP, la segunda fuerza más votada en Carratraca, contemplan la posibilidad de ocupar el sillón que deja Román. Sin embargo, para lograrlo deben obtener más votos a favor que en contra.

Óscar Román deja la puerta abierta a votar a un alcalde socialista o popular. Eso sí, debe presentar una candidatura "para solucionar los problemas", esto es, que también se comprometa a no seguir adelante con el centenar de expedientes de disciplina urbanística. Presumiblemente el pueblo se va a quedar sin alcalde por tiempo indefinido, ya que el concejal del PP Juan Morales, recordó que "la ley está para cumplirse".

A las 20.48, Román dejaba de ser alcalde. En ese momento surgió el primer problema. La ley electoral da un plazo de diez días para que se convoque un pleno para elegir a un nuevo regidor. Esta competencia corresponde al teniente de alcalde, pero éste, Francisco Duque, de IU, también renunció a este cargo. La secretaria municipal, Antonia Miguel, tuvo que idear una fórmula, consensuada con los servicios jurídicos de la Dirección General de Administración Local de la Junta de Andalucía: al ser el Pleno "el único organismo de obligada existencia que perdura" en el consistorio, fueron los siete ediles los que fijaron la fecha para la votación del nuevo alcalde: el miércoles 27 a mediodía. Si ese día nadie sale elegido alcalde -una situación inédita en España- la secretaria municipal pedirá un dictamen a la Junta Electoral Central.

Tras levantar la sesión, Román recibió la ovación de los 120 vecinos congregados. También fue saludado por alcaldes de pueblos vecinos como Teba o Ardales, cuyo regidor, Juan Calderón (IU), ya protagonizó en junio de 2007 la otra rareza política de la comarca de Guadalteba al pactar con Falange Auténtica. Después, entregó a la secretaria las llaves de un Ayuntamiento paralizado.