Volando hacia la tormenta

British Airways acaba de evitar por los pelos una desastrosa huelga navideña. Pero se trata de una victoria hueca para la aerolínea británica y su jefe, Willie Walsh.

El incidente ha perjudicado sin duda la credibilidad de Unite, el sindicato. La huelga se ha declarado ilegal debido a las irregularidades en el procedimiento de votación. Algunos tripulantes de cabina declaraban que se sintieron desconcertados ante la larga duración de la deuda. Uno de los ejecutivos de Unite, ante la posibilidad de una reacción airada de los ciudadanos, admitía que la decisión de programar una huelga para alterar los planes de vacaciones de un millón de pasajeros de BA era "pasarse de la raya".

Pero el episodio ha perjudicado la imagen de marca de BA y puesto de manifiesto el pésimo estado de las relaciones laborales.

La disputa gira en torno a la decisión de BA de reducir el número de tripulantes de cabina en los vuelos que salen de Heathrow. Eso ya ha ocurrido, mediante despidos voluntarios y cambiando, de forma voluntaria, los contratos de los trabajadores a tiempo parcial. Unite objetaba que esto exigía una consulta, ya que equivale a cambiar las condiciones contractuales de quienes siguen trabando, y sostenía que el servicio a los clientes se resentiría.

Quizá Walsh debería haber manejado de otro modo la transición, pero ya es demasiado tarde para arreglarlo.

El altercado nos recuerda que BA se enfrenta a problemas fundamentales. Ninguna empresa en el sector servicios puede permitirse el marginar al personal hasta ese punto, pero por lo visto eso es lo que ha hecho Walsh, aunque no se puede decir que heredase paz y armonía. Aun así, no es momento de que Walsh piense en cómo recomponer su popularidad entre las tropas. Lo contrataron en 2005 para poner la aerolínea en forma y una disputa con el personal era algo que se veía venir.

BA necesita desesperadamente reducir costes. Va camino de alcanzar unas pérdidas, antes de impuestos e intereses, de 350 millones de libras en el presente año. El déficit de las pensiones se ha duplicado con creces en dos años, hasta los 3.700 millones de libras (unos 4.200 millones de euros).

Los pilotos y los técnicos de la aerolínea ya han aceptado hacer concesiones. Después de llevar el proyecto de modernización tan lejos, Walsh debería cuidarse de ceder terreno si las tripulaciones de cabina vuelven a amenazar con la huelga.