"Si Nadal da órdenes, le callamos"
Cuando la selección española recibe la Copa Davis bajo una lluvia de papelitos amarillos acompañada por atronadores gritos de "¡España! ¡España!", sólo un tenista lleva pantalones cortos entre la uniformidad del chándal rojo. Es David Ferrer (Xàbia, Alicante; 1982), que acaba de ganar a Lucas Dlouhy (6-4 y 6-2) igual que Rafael Nadal ha batido antes a Jan Hayek (6-3 y 6-4): España, 5; República Checa, 0. El alicantino, sin embargo, no se distingue de sus compañeros sólo por la vestimenta. Su actuación es la que ha separado el drama que pudo ser del plácido final de cuento que ha vivido la selección en el Palau Sant Jordi. En la noche del viernes sufrió el vals de Radek Stepanek, una preciosista mezcla de dejadas y subidas a la red que le resignó a ganar apenas tres juegos en dos mangas (1-6 y 2-6). Pero Ferrer consiguió anotarse (1-6, 2-6, 6-4, 6-4 y 8-6) el duelo que permitió a España cerrar la final el sábado. Para él fue un alivio. Hace un año, contra Argentina, perdió el primer partido contra un David Nalbandian encendido. Éstas fueron entonces sus palabras, que retratan al hombre sincero y sencillo que es Ferrer, El Ferru: "Me ha pasado por encima. Me he sentido muy inferior. Me he sentido mal. No he estado a la altura. Me duele como persona y como tenista el querer, el intentar, y que las piernas no me vayan igual, que mi bola no me corra igual, que ya no haga el mismo daño".
"Rafa no ejerce de líder, ni mucho menos. Es uno más. Y así le tratamos"
"Me he superado a mí mismo. Tras esta final, me queda ese afán de superación"
Pregunta. ¿Reconoce esas palabras?
Respuesta. Sí. Las dije en Mar del Plata.
P. ¿Y qué ha pasado para que pueda decir ahora unas radicalmente distintas?
R. Pues nada menos que me he superado a mí mismo. Cuando iba 1-6 y 2-6 ante Stepanek, se me vino esa imagen, ese pensamiento de lo que había pasado en Argentina, a la cabeza. Sabía que no podía volver a pasar. Ese afán de superación es algo que queda en mí después de esta final.
P. Tras los dos primeros sets, se fue al vestuario. ¿Qué pasó allí?
R. Que estuve hablando con Albert [Costa, el seleccionador]. Fue algo muy doloroso. Lloré de impotencia porque no me salían bien las cosas, porque en esta final no estaba en la misma situación que en la de Argentina y no podía sacarla adelante. Albert me animó y me dijo que confiaba en mí, que podía sacarlo.
P. ¿Llega el aliento de la grada hasta la pista?
R. Llega muchísimo. Sobre todo, cuando estás jugando en el quinto set. Entonces, yo estaba pensando como muchas otras veces: "Esto es con lo que yo soñaba desde pequeño, esto es lo que quería". Me emociona girarme y ver en la grada a mi entrenador [Javier Piles], que lleva tantos años conmigo; a mi familia, a mis padres, que lo han dado todo por mí. Es algo que me llena de mucho orgullo.
P. ¿Cómo es convivir en una selección que tiene un líder tan claro, Rafael Nadal?
R. Es muy fácil. Rafa no ejerce de líder, ni mucho menos. Nosotros sabemos que es el número uno español, pero también que es uno más. Y así lo tratamos. Somos todos muy amigos.
P. ¿Da órdenes?
R. No. Y si da órdenes le callamos. No hay el menor problema por mucho que sea Rafa Nadal. Aunque sea el número uno, es un diez en todo. Y en ese aspecto es un diez como persona.
P. ¿Descentra enfrentarse a un jugador tan histriónico como Stepanek?
R. Cuando eres más joven, sí, porque eres más inmaduro. Ahora, ya no. Todo el mundo le conoce. Forma parte del espectáculo. Sabía que debía estar concentrado en mí mismo y ganar el partido como fuera.
P. Stepanek dijo que él era un creador y usted un jugador defensivo, un pasabolas. ¿Duele eso?
R. Sí... Bueno, no creo que piense eso. Creo que él lo dijo en el sentido de que armó un show y gracias a eso la gente se lo pasó bien. Y, si dice eso, yo digo que es más importante ganar que montar el show.
P. Fernando Verdasco cambió tras ganar la Copa Davis a Argentina.
R. Es diferente. Yo ese clic ya lo tuve hace tres años. Llegué a cuatro del mundo...
P. ¿Y la celebración?
R. Ahora vamos a Madrid [hoy les recibe a las seis de la tarde el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero]. Luego, espero estar toda la semana en Xàbia. Estaré con mi familia e igual vamos a Los Remos, en la playa del Arenal, a disfrutar comiendo carne a la piedra o pescado.
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