Travesuras

Ya se sabe que los invitados a El hormiguero (Cuatro) no acuden a ser entrevistados y responder a cuatro preguntas previsibles. Participan en la juerga que montan Pablo Motos, Trancas, Barrancas, el alucinante científico Flippy, y toda la tropa. El miércoles, dos actores de Spanish movie, película que se anuncia como parodia de los éxitos del cine español, recitaron las diferencias que hay entre el cine norteamericano y el español. Entre los hilarantes hallazgos estaba, por ejemplo, que en el cine americano siempre parece mejor el libro que inspira el filme y en el cine español, lo que parece mejor es el tráiler. Esperemos que los gremios de cineastas, tanto norteamericanos como españoles, no se indignen. Hay que tener claro que El hormiguero es un programa de travesuras y que son como niños. De ahí que en los títulos de crédito aparezcan sus fotos infantiles y que la canción para que los chavales se vayan a dormir no la cantan al principio, sino al final.

Otra travesura fue un ejercicio de sociología parda. Están interesados en saber nada menos si los españoles nos limpiamos el ojete de proa a popa o al revés. Han hecho una encuesta para la que, sorprendentemente, han recibido cientos de correos electrónicos especulando con esta íntima maniobra. Es más que posible que este deslizamiento escatológico disguste a algún espectador, sobre todo si le da una importancia que la gente del programa no da nunca a sus constantes diabluras. Los que estén en contra siempre podrán pensar, por pensar algo, que la fase anal, teorizada por el freudismo, se vincula al desarrollo infantil.

Lo que ya es más raro es que este mismo tema saliera ese mismo día en Password, de la misma cadena. Una de las palabras del juego era, precisamente, "ojete". Los concursantes no supieron resolver la prueba, se la saltaron. Todo lo que se calló por la tarde salió por la noche.