Todo un golfo de comunicación

La afirmación que ha hecho Dubai de que la solicitud de moratoria de la deuda por parte de Dubai World estaba "cuidadosamente planeada" suena a chiste malo. Es posible que el emirato tenga que reestructurar las deudas de 59.000 millones de dólares que afronta su conglomerado estatal, pero la forma en que ha comunicado su intención de impago es deplorable. En su declaración elíptica más reciente, Dubai afirma también que la medida es una decisión empresarial sensata. Dado que su reputación quedará dañada a la larga, no está muy claro por qué.

Uno de los elementos de la planificación cuidadosa es la comunicación eficaz, en especial en la economía de servicios moderna que Dubai aspira a ser. Pero el instinto básico del emirato es el de guardar celosamente la información financiera. En consecuencia, los cálculos externos sobre los activos, las deudas y el circulante de Dubai World sólo pueden ser aproximados y provisionales.

Si Dubai quería poner de su parte a los inversores internacionales, debería haber revelado la magnitud de sus problemas financieros y lo que planeaba hacer al respecto. Por el contrario, emitió un escueto comunicado la víspera del Día de Acción de Gracias estadounidense y justamente cuando el mundo musulmán estaba a punto de iniciar sus vacaciones para la fiesta del Sacrificio.

El jueves por la tarde, el solemne Comité Fiscal Supremo emitía un nuevo comunicado que no arrojaba mucha más luz sobre las intenciones del emirato. No está claro, por ejemplo, si su plan es simplemente renegociar la deuda o pretende imponer recortes. Teniendo en cuenta el vacío de información, los inversores suponen lo peor.

Sin embargo, una cosa que sí dijo el Comité Fiscal Supremo es que se trata de una decisión empresarial sensata. Con ello da a entender que no tiene sentido seguir malgastando el dinero. Es posible que Dubai no tuviera opción. Pero el emirato no puede contemplar Dubai World -que ha sido vehículo de proyectos de prestigio respaldados por su gobernante- como una empresa de responsabilidad limitada de la que puede deshacerse sin que haya repercusiones.

Quizá no haya una garantía explícita de sus deudas. Pero la reputación del emirato y la de Dubai World van unidas. La confianza ha sufrido un duro varapalo. Y el mensaje de que está bien no pagar las deudas no encaja bien con las ambiciones que Dubai tiene de convertirse en eje financiero de su zona horaria. -