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Plazas sucias, bancos rotos y basura

Los vecinos de El Carme denuncian la degradación de los espacios públicos

La plaza de Santa Cruz, en el barrio de El Carme de Valencia, está hecha pedazos. Este espacio público de líneas rectas sufrió, hace aproximadamente un mes, varios asaltos por un grupo de desconocidos que se dedicó, una noche tras otra, a arrancar del suelo las planchas de bronce que decoraban el lugar. Como ésta, muchas plazas del casco antiguo están descuidadas, sucias y con algún elemento del mobiliario urbano roto. Los vecinos y los grupos políticos apuntan al Ayuntamiento por su "desidia y abandono" del espacio público. El Consistorio, por el contrario, sostiene que El Carme tiene los mismos cuidados que el resto de los barrios de la ciudad.

En el centro de la plaza de Santa Cruz se levanta una cruz de bronce, y junto a ella, los huecos que hay en el suelo indican que hubo una hilera de 20 baldosas del mismo material. Son las que desaparecieron hace un mes. La cubierta del largo banco que bordea la plaza, también de bronce, tampoco está. "Las planchas se las han ido llevando por la noche, y de dos en dos, para no hacer ruido. Hemos avisado a la Policía y al Ayuntamiento, pero no hacen nada", afirma Alfons, uno de los vecinos de la zona. Como él, otros tantos dan cuentan de la situación: "Estamos cabreados, porque parece que vivimos en un barrio tercermundista", declara otra vecina. Según fuentes municipales, en breve se arreglará el problema.

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Esta plaza no es la única de El Carme que necesita un lavado de cara. Próximas a ésta hay más de media docena cuyo mobiliario urbano requiere reposiciones y limpieza. Una de ellas es la aledaña a la calle del Padre Huérfanos, enfrente de la plaza del Carmen -que necesita asimismo un repaso-. Además de que la mitad del espacio está invadido por material de obra, los bancos están repletos de pintadas, igual que las papeleras o las fachadas que rodean la plaza. En la de Manises, a pesar de estar junto al palacio de la Generalitat, también falta un trozo de granito de un banco.

Otro ejemplo del descuido y abandono de los espacios públicos está detrás de la calle Alta, en la plaza de Jesús Maroto i Gonzàlez. Con unas dimensiones considerables, en el centro se alza un estrado remozado de baldosas de porcelana, de las que más de la mitad están rotas o con fisuras, y sucias. Tan sucias que no invitan a sentarse en los escalones. "Vengo todos los días y no he visto muchos barrenderos por aquí", declara un joven. En un balcón de la plaza, un cartel pide respeto y que se recojan los excrementos de los animales.

Según admite el intendente general de la Policía Local para Ciutat Vella, Roberto González, las quejas y los avisos de los vecinos por destrozos en el mobiliario urbano son constantes. "El problema del barrio es que está saturado. Hay mucho ocio, mucha gente y mucho botellón, pero no todo se soluciona con policía. Es falta de educación; las invasiones en estas plazas no son precisamente pacíficas", explica González.

Según la Policía Local, cada fin de semana quedan rastros de los botellones. Los agentes requisan hasta 400 latas de cerveza e imponen sanciones por beber en la calle, pero siempre quedan restos de la juerga en las plazas.

A las continuas protestas de los vecinos por el supuesto descuido del Consistorio se unen las de los comerciantes, que se sienten abandonados. Para Ireida, dueña de la tienda Irai, el estado de las calles es lamentable. "Cualquier barrio de Valencia está mejor que éste". Igual que ella, Víctor, del local de discos Monterrey, afirma que los cuidados son mínimos. El Ayuntamiento, mientras, asegura que el centro histórico "está muy bien cuidado en general" y que se limpia "bastante", como en todas las zonas.

La asociación de Amics de El Carme también ha denunciado repetidamente el desgaste del barrio. Para su presidente, Toni Cassola, la degradación ha sido continuada hasta llegar a la situación actual. Y pide más vigilancia, más bancos, mejores materiales, y, sobre todo, "más voluntad por hacer el barrio habitable".

A la espera de que el Ayuntamiento arregle los desperfectos de la plaza de Santa Cruz, los vecinos no dejan de reclamar el mismo trato que el resto de distritos de la ciudad. "El problema es que al equipo de gobierno de [Rita] Barberá le gustaría vivir en Manhattan, pero no en El Carme o El Cabanyal", sentencia Cassola.

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