El paro local deja sin contrato a los braceros foráneos
La mano de obra extranjera tan sólo es necesaria en Huelva y Almería
La crisis económica ha cambiado, nuevamente, el paisaje del campo andaluz. Los autobuses de trabajadores extranjeros contratados en sus países de origen provenientes del Este de Europa o Marruecos se han convertido en un goteo. Por el momento, sólo Huelva y Almería esperan la llegada de los jornaleros que hayan sido fichados fuera de la Unión Europea. Con las cifras del paro galopando cuesta arriba, el Gobierno decidió, ya el año pasado, primar la mano de obra establecida en el país (tanto nacional como foránea) y abstenerse de promover una inmigración ordenada destinada a cubrir los jornales de las campañas agrícolas.
El sistema de contratación en origen ha salvado las campañas agrícolas durante los últimos años en muchas provincias. En Andalucía, los agricultores de Huelva fueron pioneros hace más de diez años. Apremiados por los cultivos freseros, que requieren una ingente mano de obra, y acosados por la falta de interés de quienes habían sido tradicionalmente sus braceros, buscaron en el extranjero el capital humano que necesitaban. Primero, Europa del Este y, posteriormente, Marruecos, se convirtieron en los viveros de trabajadores que sacaron adelante las cosechas onubenses. Almería y Córdoba, siguieron el mismo ejemplo. Otras provincias, como Sevilla o Cádiz, con alta carga de paro, han optado, tradicionalmente, por tirar para adelante con su propia mano de obra local.
La contratación en origen salvó las campañas agrícolas en los últimos años
Pero los tiempos han cambiado dramáticamente. Los mismos peones que abandonaron los cultivos a causa de la dureza del tajo, los bajos salarios y la posibilidad de encontrar algo mejor en otros sectores, como la hostelería o la construcción, han vuelto a fijarse en las campañas agrícolas como una opción para salir adelante. Un indicador de esta deriva se encuentra en las altas del Régimen Especial Agrario, que han crecido desde 2007, año en la que empezó a atisbarse la crisis inmobiliaria que precedió a la bancarrota financiera internacional. Además, el propio Gobierno decidió que, dada la situación creciente de paro, se primaría la contratación de desempleados residentes en España.
Siguiendo estas directrices, las provincias andaluzas ya restringen la llegada de extranjeros. En Córdoba, por ejemplo, el Comité Provincial de Flujos Migratorios decidió en septiembre prescindir de la contratación en origen de mano de obra extranjera. El año pasado se contrataron, de esta manera, a 5.355 personas en la provincia. Algo que dolió especialmente porque su llegada coincidió con la afluencia de centenares de trabajadores extranjeros parados en España y que buscaban un puesto que, al final, veían cubierto por el trabajador llegado de fuera. En Almería, la cifra también se ha reducido de manera radical. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en la provincia, indican que las organizaciones agrarias han solicitado 907 peones, lo que supone un 20% del total que llegó en 2008. Un año antes, la cifra ascendió a los 3.868 contratados en origen. Además, los 907 trabajadores que se esperan son todos repetidores, es decir, que ya han trabajado previamente en la campaña, lo cual cierra el grifo a peones que no han sido contratados anteriormente.
Huelva, la principal demandante de la inmigración ordenada en Andalucía, lo tiene más difícil. Los parados locales siguen sin estar convencidos de regresar al campo. Para la plantación de la fresa, que requiere 10.000 trabajadores, se ha reservado a 800 marroquíes que ya han comenzado a llegar a pueblos como Moguer.
Jornales en la Red
El año pasado comenzó a usarse el servicio de Gestión de Empleo Agrario (GEA) una nueva herramienta de la Consejería de Empleo para facilitar, a través de Internet, la contratación de trabajadores para las campañas agrícolas. Cualquier interesado en convertirse en jornalero se puede apuntar, esté o no afiliado al Régimen Especial Agrario (REA) de la Seguridad Social. La primera provincia en que se implantó fue en Huelva, con motivo de la plantación de la fresa. Luego, y de manera gradual, se extendió a las otras siete. El 30 de septiembre, ya eran 35.517 los andaluces -con una minoría de solicitantes de otras provincias- que se mostraban dispuestos a acudir a alguna de las 30 campañas agrícolas que se desarrolla en Andalucía a lo largo de todo el año.
El sistema también cuanta con sus críticos. Eduardo Domínguez, de la patronal agraria Coag, señala que el sistema sufre un problema de base: "Muchas veces, cuando el empresario contacta con la persona a través de Internet, resulta que ésta ya está contratada y trabajando, pero nadie le ha dado de baja".
Desde Empleo se reconoce que este fenómeno puede darse. Por el momento, han abogado por la responsabilidad de los propios inscritos a la hora de darse de baja en caso de haber encontrado un empleo, pero apuntan a una mejora del sistema para garantizar una mejor actualización de los datos. La Consejería destaca además otros avances, como la posibilidad que ya tienen los empresarios de colgar en la Red su propia demanda de trabajadores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.