"Sin capital privado no se pueden hacer hospitales en dos años"
Esta médica metida en política ha tomado las riendas de la sanidad pública gallega con una economía en caída libre. En 2010 deberá apañarse con los mismos fondos que en 2009. Para levantar hospitales, recurrirá al capital privado
Es la mujer que dará entrada en Galicia a empresas privadas para levantar hospitales y centros de salud del Sergas. La conselleira de Sanidade, Pilar Farjas (Samper de Calanda, Teruel, 1959), defiende las bondades del modelo para agilizar la ejecución de las obras y confía en que los contratos serán suficientemente jugosos para que interesen a los empresarios a pesar de la crisis. Como réplica a las acusaciones de privatización lanza un porrazo hacia la izquierda: asegura que la anterior conselleira, socialista, diseñó un mecanismo similar para construir el nuevo hospital de Vigo.
Pregunta. ¿Se siente aliviada con la evolución de la gripe A?
Respuesta. En un primer momento la declaración de presencia de riesgo de pandemia de un virus nuevo hizo saltar todas las alarmas. Ahora sabemos mucho más. Es un problema que clínicamente se puede manejar bien y el sistema está bien estructurado para afrontarlo.
"Vamos a mantener la asistencia pública porque tenemos recursos"
"No me molesta explicitar que soy católica y practicante"
P. ¿Se ha esfumado el peligro de que el virus mute y gane en virulencia?
R. A dos o tres meses vista la probabilidad de mutación es improbable. Nunca se ha producido en este corto periodo de tiempo, nunca. Va a haber más casos pero mayoritariamente de clínica leve, es poco virulento.
P. ¿Se ha reforzado el sistema para que las saturaciones habituales en urgencias por la gripe normal no se produzcan?
R. Nunca se han adoptado tantas medidas como este año y confiamos que el sistema funcione bien. Hemos diferenciado en los hospitales zonas de urgencia, para separar del resto a los pacientes que están esperando por cuadros sospechosamente gripales.
P. En los presupuestos del bipartito, la sanidad se llevaba el trozo más grande del pastel. ¿Qué va a ocurrir en 2010?
R. Vamos a aumentar porcentualmente el peso de la sanidad y mantenerlo en términos absolutos.
P. Para ejecutar el nuevo hospital de Vigo van a recurrir a financiación privada. Pero la patronal gallega ya ha dicho que tampoco los empresarios tienen dinero para esas inversiones.
R. Las inversiones en infraestructuras sanitarias van a ser dinamizadoras de la actividad económica de esta legislatura. La colaboración público-privada en la financiación de macroproyectos la ha propuesto incluso el ministro de Fomento [el socialista José Blanco] en Galicia para sacar adelante infraestructuras viarias. Lo están utilizando todas las comunidades independientemente del color político. Es el mecanismo de financiación de los grandes proyectos de equipamiento o de construcción de hospitales en Baleares, o incluso de centros de salud en Asturias, en Castilla-La Mancha, en Andalucía...
P. El sistema es nuevo aquí para infraestructuras sanitarias. ¿En qué consiste exactamente? El empresario asume financiar el hospital y luego, ¿le cobra un alquiler a la Xunta?
R. Hasta que estén finalizados los pliegos no estará perfilado el del hospital de Vigo. Los modelos van desde participación a través de alguna empresa pública -Sanidade tiene Galaria, la Xunta tiene el SPI [Sociedade Pública de Infraestructuras]-, o bien a través de concesión, donde va la licitación con la concesión de los servicios que después atenderá la empresa. Pero permítame aclarar algo. El bipartito ya usó la colaboración público-privada para centros sociales y ya tenía diseñada su utilización para centros sanitarios. Pagamos tres auditorías con tres estudios técnicos para el diseño de mecanismos de cooperación público-privado para el hospital de Vigo.Pero más que eso: anunciaron que el equipamiento del hospital de Lugo se iba a hacer por leasing: contratas la empresa, ella financia todo el equipamiento y tú le pagas con opción a compra al cabo de un tiempo. No es nuevo en Galicia ni en ninguna de las administraciones españolas. Lo que varía es el porcentaje de participación pública y las actividades que se concesionen.
P. ¿Va a haber servicios sanitarios gestionados por entidades privadas?
R. Nunca. Nuestro compromiso es claro por la asistencia pública.
P. ¿Y por qué no está de acuerdo con que haya empresas privadas que gestionen servicios sanitarios?
R. Hay modelos distintos y depende de la prestación. En Cataluña el 60% de la prestación sanitaria está en manos privadas.
P. ¿Pero está de acuerdo con ese modelo?
R. En Galicia vamos a mantener toda la gestión pública de los centros. Para planificar los modelos de gestión respondemos a la experiencia, a la capacidad y a la demanda de la población. Tenemos recursos profesionales y asistenciales para mantener y garantizar la asistencia pública y ése es el modelo con el cual los gallegos están satisfechos.
P. La entrada de la empresa privada sería para construir el edificio y para el mantenimiento. ¿No es delicado que una compañía sea la encargada de mantener un hospital? Ya hay problemas con las concesionarias de las autopistas y en este caso una mala gestión sería más grave.
R. El mantenimiento de todos los grandes equipos de alta tecnología ya la realizan empresas. No es delicado, es la realidad. La mayoría de los hospitales de España tienen contratados o concesionados la gestión de restauración, cafeterías, limpieza... Es verdad que los centros sanitarios son especialmente exigentes en calidad y en conocimiento pero tenemos grandes equipos de gestión dentro de los hospitales que están realizando el control.
P. ¿Será más eficaz?
R. Es el único mecanismo en este momento en España capaz de resolver la construcción de un hospital en un plazo de dos o tres años. Los modelos de financiación vía presupuestaria han llevado a que el Hospital Clínico de Granada lleve más de 10 años en construcción o que la ejecución del hospital de San Pablo en Barcelona haya llevado 13 años. Frente a ellos el hospital de Sondureta en Baleares se va a construir en dos o tres. Y uno de los mecanismos de eficiencia es la concentración de contratos. El Consello de Contas está pidiendo a gritos que se intenten centralizar contratos, que no se contrate por una parte la instalación eléctrica, por otra el agua... Eso lo estamos estudiando.
P. La máxima colaboración hasta ahora entre una empresa y el sistema público ha sido el caso del hospital Povisa en Vigo. Tiene un área geográfica asignada y también las mayores listas de espera del sistema.
R. Povisa atiende a más de 150.000 habitantes con excelentes resultados en calidad y en gestión económica. Sabemos también que ésa es la valoración de los pacientes.
P. Es curioso que los propios pacientes aplaudan al centro con la espera mayor del sistema.
R. Los tiempos de espera en Povisa son iguales al Sergas, si se le suma a los centros públicos la lista de espera no estructural [pacientes que se caen de la lista oficial porque rechazan ser atendidos por un centro concertado porque su médico decide retrasar la intervención]. Si se suma todo, el bipartito sólo logró reducir la espera de 153 a 152 días.
P. ¿Qué va a ocurrir con Povisa cuando funcione el nuevo hospital público de Vigo?
R. Povisa tendrá un concierto no de adscripción geográfica sino de adscripción poblacional: contará con un tope de población adscrita pero por libre elección del paciente. En el resto de los conciertos se hace por intervención.
P. ¿Y si no se cubre el tope?
R. Todos veremos cómo los vigueses saben valorar los servicios que le ofrecen las empresas y en este caso una empresa que está atendiendo en calidad a los pacientes del área de Vigo.
P. ¿Van a retomar las horas extra en los quirófanos que suspendieron en verano?
R. La actividad en todos los centros sanitarios se ha mantenido. Desde junio todos los equipos de gerencia de los hospitales están reestructurando la actividad, aumentando la ordinaria por la mañana y vinculándola a unos indicadores de resultados.
P. ¿Y no se están haciendo intervenciones en horario extraordinario?
R. Sí se están haciendo. Se está reestructurando, vinculándola a unos rendimientos y priorizando.
P. ¿Por qué le molesta que se mezcle su cargo con las declaraciones públicas que hace usted sobre sus creencias religiosas?
R. No me molesta nunca hacer explícito que soy católica y practicante. La utilización política de aspectos personales perfila la calidad de quien la realiza. No tengo ningún problema en compatibilizar mi vida privada y pública ni en mantener mi colaboración con organizaciones sociales o participar en las prácticas propias de mi confesión de fe.
P. Desde la oposición afirman que sus creencias religiosas la pueden condicionar en la toma de decisiones sanitarias.
R. Supongo que tanto como las que les pudieron condicionar a ellos las suyas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.