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Reportaje:VENEZUELA | Laboratorio de ideas

Capitalismo para no capitalistas

El hombre fuerte de Venezuela, Hugo Chávez, se está convirtiendo en uno de los grandes beneficiarios de las actuales políticas de dinero abundante. La gran liquidez global y doméstica le ha animado a pedir prestados 5.700 millones de dólares en el mercado local y 4.000 millones fuera y también ha ayudado a sellar compromisos energéticos con Rusia y China por otros 46.000 millones. El oportunista Chávez se está aprovechando del dinero mientras sea posible.

Los activos líquidos totales de Venezuela han aumentado un 31% desde principios de año. Una emisión de 12.150 millones de bolívares para el mercado doméstico, probablemente a una tasa de interés variable, que fue anunciada en la Gaceta Nacional el 24 de septiembre tiene una grandes posibilidades de éxito y podría ayudarle a quedarse con el dinero que sobra del sistema. Cuando eso se combina con una emisión internacional de bonos por 4.000 millones de dólares anunciada al día siguiente, el panorama queda claro.

El presupuesto del país está en déficit profundo; incluso los datos oficiales revelan que sus necesidades de endeudamiento para 2009 se situaron en marzo en 16.000 millones de dólares, un 22% del gasto público. Pese a que los precios del petróleo han subido desde entonces -desde los 40 dólares por barril asumidos en el presupuesto a unos 70 dólares-, la posición fiscal de Venezuela ha seguido constreñida. En buena medida porque la producción de petróleo, de la que el Gobierno de Chávez obtiene la mayor parte de sus ingresos, ha caído un 5% desde 2008.

En un periodo de elevada liquidez global y doméstica eso no es un problema. Venezuela simplemente puede pedir prestado del dinero, mientras los inversores internacionales pasan por alto los desmanes fiscales y el trato dado a los capitalistas y se centran en los grandes rendimientos que ofrece la deuda venezolana, actualmente 8,94 puntos por encima de lo que cotiza la deuda estadounidense.

La elevada liquidez internacional también ha beneficiado a Venezuela al impulsar al alza los precios petroleros. Eso ha aumentado el entusiasmo global por las inversiones en las poco rentables arenas impregnadas de alquitrán del Orinoco. Chávez ha conseguido cerrar compromisos de inversión por 46.000 millones de dólares con Rusia y China, lo que le permite lograr su objetivo político diversificar las fuentes de sus ingresos petroleros, más allá de EE UU y sus aliados. Con la tecnología de rusos y chinos, puede tener éxito en el uso de esas reservas gigantescas para dar la vuelta a la evidente caída de la producción petrolera, que se ha visto acelerada con la nacionalización de las propiedades estadounidenses.

Chávez no cree en el capitalismo de libre mercado. Pero si los capitalistas del mundo le sirven los recursos para su revolución bolivariana en bandeja, sería tonto en no aprovecharlo.

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