"Si hubiera más música, se gastaría menos en psiquiatría"
Oriol Ponsa i Martell es el nuevo gerente de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Estudió violín, dirección de orquesta y dirección de coros y ha sido responsable de las giras de la Orquesta de Cámara del Teatre Lliure de Barcelona, gerente del área musical interna del Teatro del Liceo y de la Orquesta Ciudad de Granada. La llegada a su despacho en el Palacio de la Ópera de A Coruña, sede de la Sinfónica, se produjo en julio, poco antes de acabar la temporada y casi al comienzo de las vacaciones de la orquesta. Un aterrizaje algo forzoso que no ha empañado, dice, su ilusión por el nuevo reto.
Pregunta. ¿Por qué le ilusiona tanto?
Respuesta. Me enteré por una llamada del alcalde de A Coruña y me ilusionó por la calidad, que ya conocía, de la orquesta y sus proyectos. En un ránking hecho por especialistas estaban la Orquesta Ciudad de Granada y la Sinfónica de Galicia a la cabeza y ya a bastante distancia las otras.
"La Sinfónica se creó en la época de Paco Vázquez y se hizo a su estilo"
"Debemos cooperar con instituciones de A Coruña y también del resto de Galicia"
P. ¿Por qué este despegue cualitativo en las orquestas de la periferia?
R. Han tenido a su frente a dos de los grandes directores que hay en España y en Europa, como Josep Pons y Víctor Pablo, que no se limitan a dirigir bien un concierto, sino que hacen lo más difícil: saben crear orquesta y se dedican a hacerlo. Conocen muy bien la música y a los músicos que tienen delante, y programan, incluso el ritmo de ensayos, para ajustar el sonido.
P. Usted viene para ser gerente de la orquesta y de los muchos proyectos que hay en torno a ella.
R. Sí, pero si hay otros proyectos es porque el eje vertebrador es de primera línea, de esto no hay ninguna duda.
P. Ha declarado en alguna ocasión que las autoridades en España no valoran el alcance que la cultura tiene en la salud ciudadana. ¿Es esto diferente en A Coruña?
R. Sí. Es diferente, porque cuando se creó la Sinfónica, en época de Paco Vázquez, se hizo al estilo Paco Vázquez: si se hace, más vale hacerlo bien; y si no, no lo hagamos. Pero sí es verdad que, en España no se ha resuelto un tema: ¿por qué sigue existiendo un Ministerio de Cultura si todas las competencias sobre cultura están transferidas a las autonomías? Posiblemente no nos hemos dado cuenta de que la Cultura, con mayúsculas, forma parte de una enorme área de servicio social. Yo digo, medio en broma, que si hubiera más música, más teatro, más danza, más lectura, el gasto de la Seguridad Social en psiquiatría sería menor. Los poderes públicos tienen que pensar qué va a hacer la gente con el tiempo libre. ¿Sólo comprar, ver televisión? Será mejor ofrecerles otras posibilidades, como cantar en un coro, tocar en una orquesta joven, ser miembro de un club excursionista, de un grupo de teatro...
P. ¿Cómo ve el problema de la financiación de un orquesta y cómo encuentra la situación en la Sinfónica?¿Es suficiente el patrocinio privado?
R. En su momento se hizo una gran labor de captación de patrocinio. Con la crisis, muchas empresas están preocupadas de hacer lo que pueden para sobrevivir. Mientras los incentivos fiscales al mecenazgo no cambien y se acerquen al sistema norteamericano, mal asunto. Allí, la aportación se deduce íntegramente de la cuenta de resultados del patrocinador, como si fuera un gasto propio de la empresa.
P. ¿Cómo deben ser las relaciones de la Sinfónica con las instituciones culturales de la ciudad? Con su antecesor, Félix Palomero, tomaron un camino de cooperación tras la confrontación que hubo anteriormente.
R. El tejido cultural hay que hacerlo entre todos y habrá instituciones más y menos cerradas. La cooperación consiste en plantear políticas culturales conjuntas para la ciudad y la comunidad. Por ejemplo, con la Real Filharmonía de Galicia hay unas relaciones excelentes, tanto con su director, Antoni Ros Marbá, como con el gerente, Oriol Roig. Entiendo que la Sinfónica debe cooperar no sólo con las instituciones de la ciudad, sino con las de toda la comunidad. Y me consta que la Consellería de Cultura cuenta con nosotros, porque damos un servicio al país. No se trata de ir por ahí dando conciertos gratis sino de cooperar con las instituciones en el diseño de la política cultural.
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