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Reportaje:

Envidia ajena

Los equipos reconocen el impacto popular de la Vuelta en Holanda y Bélgica aunque deportivamente sea un trámite peligroso

Gente. Ganó la gente holandesa y belga. Años lleva la Vuelta buscando gente por los pueblos, por las ciudades, por los caminos y por las avenidas, por las autopistas y por los montes, y resulta que estaban fuera de casa. En la cuna, allí donde la bicicleta de paseo y de competición es un artefacto de culto, donde no hay montañas, sino vacas, muchas vacas, y donde no hay semáforos, sino rotondas, muchas rotondas. Allí estaba el renacimiento popular de la Vuelta. "Mi gran sorpresa, a sabiendas de que íbamos a la cuna del ciclismo, de las míticas clásicas, fue el prólogo de Assen, con 50.000 personas en el circuito. Ahí sentí envidia ajena", señala Eusebio Unzue, mánager del Caisse d'Épargne, curtido en mil batallas. "Y también me sobrecogió", añade, "que el paso por cualquier pueblecito holandés o belga parecía el paso por Tomelloso, por decir cualquier sitio de España, con sus banderas españolas, entregados a la Vuelta y al ciclismo".

"Aquí no falta público y allí les sobra", sentencia Eusebio Unzue
"Basso es el gran rival. Está fino, atento y centrado", reconoce Valverde"

Era la gran duda. Si, a pesar de acudir a la cuna del ciclismo, la madre iba a reconocer al hijo. Hartos de inventos, la Vuelta se ha globalizado (como el Giro y el Tour) buscando espectadores allí donde los haya, buscando el arrope que un deporte de estas características necesita en tiempos, sobre todo, de depresión. El ciclismo español, lleno de figuras (Contador, Valverde, Samuel Sánchez) es un desierto patrocinador. Ni una sola marca privada lidera un equipo. Una contradicción que se quiere subvertir de abajo arriba. "Aquí nos falta público y allí les sobra", reconoce Unzue.

Desde 1997, en Lisboa, no salía la Vuelta de territorio ajeno. Por fin ocurrió. Más que dinero se buscaba gente, ambiente, globalización, prestigio. La Vuelta ha ingresado unos dos millones de euros en ese periplo. La ciudad de la que parte la carrera paga 1,5 millones. La diferencia está en las aceras, más que en la caja. La duda ahora radica en si el recorrido geográfico y social, que obvia el norte y la meseta castellana, es el más adecuado para el testigo.

Deportivamente, cada cual cuenta la feria según le ha ido. "Nosotros hemos salido indemnes de la caída en Lieja", afirma Igor González de Galdeano, director del Euskaltel, "y los 18 segundos que perdió Samuel Sánchez en Emmen no tienen mayor importancia en una Vuelta con mucha montaña y en la que las bonificaciones van a ser muy importantes". Galdeano considera que tanto Samuel como Valverde son los más rápidos de los favoritos, lo que les acredita en las llegadas decisivas.

Eusebio Unzue se congratula también de no tener ningún damnificado en la caída de Lieja y de contar con Alejandro Valverde, el principal candidato al triunfo, sin novedad alguna. "Cuando iniciamos la Vuelta en Assen el único mensaje de la charla previa fue 'Volved a España enteros', y se ha cumplido". No todos pueden decir lo mismo. Mosquera fue el español más perjudicado en la caída, un candidato firme al podio.

Hay más. Valverde, el señalado por todos en sus listas de favoritos, ya ha elegido a su rival: "Ivan Basso está fino, atento y muy centrado en esta carrera". El ciclista italiano (implicado en la Operación Puerto) está en todas las quinielas tras haber cumplido su sanción. Vinokúrov, otro que regresa del castigo por dopaje, vive en un escalón inferior, pero amenaza. La primera respuesta quizás esté el domingo en el Alto de Aitana, tras la contrarreloj de Valencia (30 km). Ahí empieza la Vuelta. La otra. La de la carretera.

Los corredores de la Vuelta, al inicio de la etapa de Lieja, entre una gran expectación.
Los corredores de la Vuelta, al inicio de la etapa de Lieja, entre una gran expectación.EFE

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