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TURQUÍA

Cuidadito

Turquía ha convertido una derrota aparente en una victoria temporal. A principios de este año, su actitud regateadora en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) había dejado al país sin un plan de apoyo en plena crisis global. Pero se han evitado tanto el desastre económico como las limitaciones impuestas por los paquetes de ayuda del FMI. A pesar de ello, la economía turca sigue siendo frágil.

Cuando Turquía abandonó las negociaciones en febrero, los economistas advirtieron de que el Gobierno se arriesgaba a perderlo todo al poner en juego su credibilidad con los inversores. Y lo que es más, el país estaba dejando pasar la mejor oportunidad en años de controlar la alta inflación perenne y el aumento constante del coste de la financiación del Gobierno.

Los expertos no podían haberse equivocado más. Desde que se suspendieron las negociaciones, la Bolsa de Estambul ha subido un 79% hasta alcanzar el nivel de enero de 2008, el rendimiento de los bonos del Gobierno turco ha llegado a mínimos históricos y la tasa de inflación del 5,4% está por debajo del objetivo anual del Banco Central. Está previsto que el PIB aumente un 2% en 2009. Una huida de la divisa parece ahora poco probable.

Recep Tayyip Erdogan insistió en que Turquía podía salir adelante sin la ayuda del FMI. El primer ministro podría sentir la tentación de decir: "Ya os lo dije". Pero debería pensárselo dos veces antes de regodearse.

El éxito de Turquía se debe principalmente a factores que escapan al control del Gobierno. La rentabilidad de bonos y acciones se ha visto beneficiada por la concentración mundial de activos de riesgo. Y la caída casi a la mitad de la tasa de inflación se debe, sobre todo, a la bajada del precio del petróleo y de la demanda externa e interna.

Turquía ha evitado el cataclismo, pero la coyuntura económica sigue siendo extremadamente complicada. La producción industrial sufrió en junio su undécima contracción mensual consecutiva y la tasa de desempleo alcanza el 15% y sigue aumentando.

El Banco Central turco ha señalado que mantendrá su política de recortes controlados de los tipos de interés -que ya han caído nueve puntos porcentuales, hasta alcanzar un mínimo histórico del 7,75%- hasta que la economía se recupere claramente. Pero el deterioro de las finanzas públicas -se calcula que el déficit alcanzará este año el 5% del PIB- limitará el margen para recortar los tipos. Las autoridades deberían andarse con cuidado, con o sin préstamo del FMI.

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