"Lo de Ferrari no es humano"

Un par de horas antes de que Ferrari anunciara que Luca Badoer disputaría el Gran Premio de Europa debido a que Michael Schumacher, que había sido inicialmente el elegido para sustituir a Felipe Massa, no estaba en condiciones físicas para ello, Marc Gené, piloto probador de la Scuderia, recibió una llamada. Era pronto, las ocho de la mañana, y Stefano Domenicali, el director deportivo del equipo italiano, le pilló en la cama. Domenicali le dijo que, entre Schumacher y Luca di Montezemolo, el presidente de Ferrari, habían decidido dar una oportunidad a Badoer en agradecimiento por su entrega y dedicación. Tras ofrecerle los argumentos que motivaron esta decisión y que le dejaron muy tocado, Gené recibió una recomendación. "Me dijo que estuviera preparado porque en la fórmula 1 puede pasar cualquier cosa", recuerda el español.

"No pueden hacer correr a alguien que lleva 10 años sin hacerlo", dice ahora el italiano

"Me dijeron que estuviera preparado por lo que pudiera pasar", recuerda el español

Por más que el propio Domenicali confirmase que el italiano disputará también el Gran Premio de Bélgica, el próximo domingo en Spa-Francorchamps -"sí, creo que sí", se limitó a decir-, la valoración global del fin de semana que ha protagonizado Badoer es insostenible para un equipo del nivel de Ferrari. Eso abre la posibilidad de que se produzca un cambio de piloto. En este sentido, es probable que Badoer tenga otra oportunidad en Bélgica, pero, en cualquier caso, parece difícil que mantenga el volante en Monza (13 de septiembre) si sigue rayando a este nivel. Gené se mantiene alerta porque es consciente de que, por su actividad (ganó la última edición de Las 24 Horas de Le Mans y acaba de correr en Spa), está en mejor forma que su compañero de equipo.

Badoer se va de su primer gran premio en 10 años como último clasificado, con cuatro penalizaciones por exceder el límite de velocidad de 60 kilómetros por hora establecido para circular por el carril de boxes, y como protagonista de la maniobra más esperpéntica del fin de semana. Embutido en las últimas posiciones, el compañero de Kimi Raikkonen entró a realizar su primer repostaje en la 28ª vuelta. Justo detrás de él lo hizo Romain Grosjean, el joven suizo que ha sustituido a Nelsinho Piquet en Renault. Completado el cambio de ruedas y con el depósito lleno, Badoer se durmió e hizo posible que Grosjean se colocara a su altura. Los dos monoplazas recorrieron en paralelo los últimos metros del pit lane hasta que el Ferrari se desvió del carril y se fue directo hacia el muro. En el último momento, el italiano consiguió enderezar el coche, pero volvió a meter la pata al reincorporarse a la pista, puesto que pisó la raya blanca que delimita el raíl por el que están obligados a circular los pilotos que salen de los garajes. Este descuido le supuso otra penalización, que consistió en otra pasada por los boxes.

"Ha sido la carrera más difícil de mi vida", reconoció Badoer, que inmediatamente se puso a la defensiva ante la prensa. "Lo que me ha hecho Ferrari no es humano y así lo han entendido. No es normal hacer correr a alguien que lleva 10 años sin hacerlo", reflexionó el veterano piloto, de 38 años, que negó haberse venido abajo por la presión mediática a la que ha sido sometido. "Siento la presión de Ferrari, no la que los medios pueden infundirme eventualmente", zanjó Badoer.