Alarte retirará el recurso contra la recalificación de Mestalla

El secretario general del PSPV, Jorge Alarte, anunció ayer que su partido estudiará la "retirada inmediata" del recurso contencioso-administrativo que interpuso sobre el proyecto urbanístico del cambio de uso de la parcela del estadio de Mestalla, recalificada como urbanizable con el beneplácito del Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat. Una operación que en su día se entendió como un pelotazo urbanístico, como también lo fue la operación urbanística que el Valencia promovió en la partida de Porxinos, en el término municipal de Riba-roja.

Alarte realizó estas declaraciones en un acto junto al presidente del Valencia, Manuel Llorente, y tras suscribir acciones del club, que ayer cerraba con casi 20 millones de euros la primera fase de la ampliación de capital con que espera multiplicar por diez su capital social. "Queremos que el Valencia saque adelante sus proyectos y nosotros nunca vamos a ser un obstáculo, sino que el Valencia tendrá nuestro apoyo incondicional", afirmó.

Alarte no escatimó en elogios: "Me siento a gusto, me siento en mi casa", dijo tras reunirse con el presidente del club de fútbol. Y calificó la compra de acciones del Valencia como un "acto cargado de simbolismo", pues, recordó, su padre ha sido socio del Valencia "durante muchos años". El político socialista aprovechó, además, para hacer un llamamiento a las instituciones y a la sociedad valenciana para que apoyen al Valencia y "compartan con nosotros el sentimiento".

Mucha edificabilidad

En julio del 2008 el PSPV anunció ante el Tribunal Superior de Justicia que recurriría la operación urbanística de Mestalla por exceso de edificabilidad. El grupo socialista defendía un máximo de 45.000 metros cuadrados de edificabilidad en la parcela del viejo estadio, mientras que el gobierno del PP otorgó al club 89.000 metros cuadrados de techo, cifra que los socialistas creían excesivamente abultada.

Ese plus de edificabilidad repercutiría obviamente en un aumento de los beneficios que la entidad podría obtener con la construcción de edificios en la zona, de las más elitistas de la ciudad. Las parcelas, que llegaron a cifrarse en 500 millones de euros, siguen aún sin comprador.