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Los editores critican la ausencia de fondos para traducción

"Reducir en estas áreas es lamentable", dice Bragado

A falta de saber cuál es el publicitado plan de Cultura para internacionalizar la cultura gallega, las editoriales criticaron ayer la suspensión, por primera vez desde los años 90, de las ayudas a la traducción de libros. Los 295.000 euros de esta línea de subvenciones, de carácter bianual -Cultura debía sufragar este año el 80% de la partida-, quedan sin repartir hasta nueva convocatoria. Será "a finales del año y con más dinero", según el departamento que dirige Roberto Varela, pero a cargo de los presupuestos de 2010. La consellería alega "problemas de tramitación" por el cambio de Gobierno.

La suspensión de las ayudas a la traducción de obras desde y para el gallego, que cubrían hasta 6.000 euros de la edición, resulta "dramática" para Rinoceronte Editora, centrada en volcar al gallego títulos centrales fuera del canon comercial. La ayuda sufragaba sobre el 70% de cada título del sello cangués, que perderá "hasta 30.000 euros", según el cálculo de Moisés Barcia. "Directamente, el salario de los traductores". Sobre una previsión de 12, "igual podremos sacar tres o cuatro títulos", lamenta el director de Rinoceronte.

"Las ayudas a la traducción vienen de los primeros 90, con Gobiernos del PP, y están en la Lei do Libro, como el desarrollo de un Plan Nacional de Tradución", recordó Manuel Bragado, director Xerais, con dos traducciones de George Steiner pendientes de subvención. "Ejemplarizar una política de austeridad con restricciones en estas áreas es lamentable", criticó, "y rompe una cadena de 25 años de construcción cultural". El director de Galaxia, Víctor Freixanes, abundó en el "error". "La cultura es una inversión estratégica. Si el presidente Feijóo cree que la política de austeridad consiste en reducir recursos aquí, se equivoca".

Con 145 traducciones desde 2000, Galaxia mantendrá su política editorial, pero las restricciones son "evidentes". "Traducir las 800 páginas de O caderno dourado [la novela de Doris Lessing] hubiera sido prácticamente inviable sin estas ayudas".

Sumando obras gallegas llevadas fuera y adaptaciones, las traducciones se multiplicaron por cuatro entre las 30 de 2004 y las 120 de 2008. Xosé María Gómez Clemente, responsable de la Asociación de Tradutores Galegos, puso la vista en el lector. "Son pasos muy malos en el plano simbólico", apuntó. "Quien lee ya está acostumbrado a un ritmo de traducciones y a un nivel".

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