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Amy, abandonada por "infiel"

El marido de Winehouse pide el divorcio, que será efectivo dentro de seis semanas. Comienza la batalla por el dinero

Un juez londinense aprobó ayer el divorcio de la cantante Amy Winehouse, de 25 años, y el productor de vídeo Blake Fielder-Civil, de 27, que se conocieron en 2005 y se casaron en 2007 en Miami. El divorcio, que será efectivo dentro de seis semanas, ha sido concedido a petición de él y a partir de sus alegaciones de infidelidad, aceptadas por ella.

Winehouse, que se ha declarado muchas veces profundamente enamorada de su marido y que en un principio pareció querer oponerse a la separación, reconoció en unas declaraciones tiempo atrás que mientras Blake estaba en la cárcel por una pelea, a veces se olvidaba de que estaban casados.

A partir de ahora se abre la batalla sobre la reclamación de compensación económica que prepara el ya casi ex marido, que aspira a conseguir la mitad de la fortuna de casi 12 millones de euros acumulada por Winehouse en el fulgurante éxito que ha protagonizado como cantante en los últimos años. Pero algunos abogados creen que es difícil que Blake consiga una porción muy grande del pastel, porque los jueces británicos tienden a dividir al 50% las ganancias obtenidas por la pareja. Pero, en este caso, el marido se ha pasado la mitad de la vida matrimonial entre rejas, por lo que es difícil que pueda atribuirse la mitad de los ingresos de ella.

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Los padres de Amy Winehouse siempre han visto en Blake Fielder-Civil una mala influencia para su hija y atribuyen a su mal ejemplo los peligrosos devaneos de la cantante con las drogas duras. La prensa británica cree que el exilio de meses que ha pasado en la isla de Santa Lucía, en Jamaica, ha sido forzado por sus padres para alejarla de su marido y de las drogas.

Amy, que el martes regresó a Londres con algo más de peso y mucho mejor aspecto, asegura que se ha rehabilitado. Pero lo que no ha dejado es el alcohol: el ron jamaicano ha tenido un papel preeminente en su dieta caribeña, y en su hotel llegaron a prohibirle los baños nocturnos en la piscina por temor a que un día acabara ahogándose en plena borrachera.

Ni él ni ella comparecieron en la vista del caso ante el juez de distrito, Michael Segal, en la división de Familia del Tribunal Superior de Londres. El juez concedió el divorcio en cuestión de segundos. Los abogados de Blake -que en noviembre del año pasado dijo que tenía que dejarla marchar para salvar su vida, en lo que pareció una admisión de que las drogas estaban poniendo la carrera y la vida de la cantante en peligro- pidieron el divorcio en enero alegando la infidelidad de Amy. Ella se opuso en un principio. Luego cambió de opinión y acabó admitiendo la infidelidad y facilitando así la disolución del matrimonio.

Amy Winehouse.
Amy Winehouse.AFP

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