FIB heineken o la con sagración del 'indie'
Una estrella inesperada, singular y algo rara
Ana Fernández-Villaverde y David Rodríguez entran por la puerta del bar Cèntric de Barcelona. Es tarde de Primavera Sound. Él luce unas pintas entre Jeremiah Johnson y roadie de Fleet Foxes. Ella, con esa falda que se arrastra por las aceras y esas Wayfarer, es algo así como la Martirio de la generación Facebook. Ana, La Bien Querida, y David, de Beef y de su propia estrella. Ella es la sensación indie de la temporada. Una pintora que se compró una guitarra, se bajó unos jpg's con la postura en la que debes poner los dedos y se arrancó a hacer canciones. A finales de 2007, su maqueta era un fenómeno en la blogosfera alternativa. La caverna hablaba de su relación con Sr. Chinarro, Los Planetas y demás figuras de la escena. Esta bilbaína afincada en Madrid había pintado un óleo para una portada de Extremoduro y escribía canciones de amor delicadas, pequeñas y juguetonas que recordaban al primer indie patrio, al sonido Donosti y a todas esas cosas que, aunque queramos esforzarnos por ser más concretos, sólo podemos definir como bonitas. A primeros de año se editaba Romancero (Elefant), su debut, producido por David, este señor con barba que comparte muchas cosas con Ana. Ella saca una foto que se acaban de hacer en la terraza de la casa de Joe Crepúsculo, el otro indie-fenómeno del momento. Él pregunta si le va a dar tiempo a llegar al concierto de Los Punsetes. Le damos al rec.
"Perdemos un poco la perspectiva: al final, el mundillo 'indie' es minúsculo"
"Me preguntan qué epifanía sucedió para pasar de ser una mierda de banda a una buena"
EP3. ¿Con qué te diste en la cabeza cuando pensaste en David para producirte?
Ana. Mucha gente me dijo que estaba loca, más que nada porque David en sus discos no acostumbra a buscar que algo suene bien, aunque aquí sí lo ha hecho. Mi idea era explotar su inmensa creatividad, que pudiera aportar riqueza a la maqueta. Deseaba algo muy artístico y plástico.
David. Traté de darle a cada canción lo que pedía. Cuidé mucho su voz y las guitarras, lo que me gustó de la maqueta y lo que usé como referencia. Para mí, la maqueta era ya publicable, pero ella quería vestirla.
EP3. Cuando se es nuevo en algo, los tiempos cortos significan cambios grandes. ¿Qué ha cambiado de aquella persona que descargaba acordes de Internet?
A. No tengo carrera musical, por eso aún hay margen para encontrar mi voz, aunque me siento muy segura cantando letras de amor, y, bueno, Julio Iglesias ha hecho una carrera cantando temas de amor.
EP3. Tus letras parecen muy sinceras. ¿No da cierto vértigo enseñarse tanto? Parece como si cuando las escribiste jamás pensaras que nadie las fuera a escuchar.
A. Cuando me compré la guitarra, ni pensé en hacer un grupo. Fue sucediendo. Un día vi que tocaba la guitarra; otro, que tenía algunas canciones; otro, que igual era el momento de buscar un grupo Y luego, ay, pues ahora me fichan y todo. Cualquier artista que crea deja mucho de sí mismo en sus creaciones. En la vida real, todas estas cosas no me atrevería a decirlas. Y cuando canto, pienso, a ver si tengo narices de decir eso, y sale. Lo digo. Me divierte.
EP3. Se habla de ti en términos de fenómeno, como Ronaldo. ¿Te sientes así?
A. Me sorprendió que la gente empezara a creer en mí tan rápido. Perdemos un poco la perspectiva: al final, estamos hablando del mundillo indie, que es minúsculo.
EP3. ¿Es el indie un microcosmos poco consciente de lo micro que llega a ser?
A. Obvio. Lo que me hace más ilusión es ponerle el disco a mis padres, a mis amigas, al padre de David, y que les guste.
EP3. ¿Qué es lo que más te apetece ahora, aparte de ir a ver a Los Punsetes?
A. Siempre estoy diciendo que me voy a apuntar a clases de piano y jamás lo acabo cumpliendo. Me gustaría mucho tocarlo.
EP3. ¿Producirá David el siguiente disco?
A. Sí, vamos a trabajar juntos, a no ser que los de Elefant nos hagan otra propuesta. Estamos dudando entre David o Brian Eno.
D. ¿Brian qué?
EP3. ¿El que estéis juntos es un tema?
A. A mí me da igual. Tampoco nos vamos a ir escondiendo. Si fuéramos famosos de ¡Hola!, sería insoportable, pero no es el caso.
D. Bueno, si vas a según qué bares, pues la gente lo sabe, pero no yendo a esos lugares se arregla todo.
A. No vamos a bares indies. Salimos por el Raval, a bares grasientos de viejos.
EP3. Igual salís demasiado con Joe Crepúsculo, ¿no?
D. Con Joe siempre acabas yendo a bares de viejos, es lo que tiene.
EP3. Si alguien tuviera que interpretaros en una película, ¿quién os gustaría que lo hiciese?
D. A mí, George Clooney. No puede ser otro. Debe ser él.
A. A mí, la de Titanic: Kate Winslet.
D. A ella le pega más Paz Vega.
A. ¡No!
EP3. Ana, ¿te veremos algún día sin esas faldas?
D. Imposible. Va por casa con la falda, con todo el personaje puesto.
A. Un día se me ocurrió que podía llevar este tipo de falda. Tenía algunas, y mi madre tiene muchas. Ahora tengo una gran colección.
EP3. ¿Los indies cocinan?
A. Yo sí, pero David come fatal.
D. Pero yo bailo superbien.
La Bien Querida actúa el jueves 16 en el FIB. Romancero está publicado en Elefant Records.
De odiados a reivindicados en in sólo "LP" Hace un año, The Horrors eran esos modernitos fashion de los que medio mundo se reía. Hoy tienen a la crítica al borde del orgasmo.
"Al final no acabó tan bien como arrancó, pero estuve ahí en una nube durante unos meses. Desde pequeño había jugado a esto, pero jamás había logrado algo tan grande". Faris Badwan, cantante de The Horrors, no se refiere al hecho de que su banda fuera portada del NME sin haber editado oficialmente una sola nota, que su primer vídeo fuera dirigido por Chris Cunningham, o que Geoff Barrow, de Portishead, les invitara a actuar en el festival All Tomorrow Parties a finales de 2007, cuando la efervescencia inicial con la que se había recibido a la banda de Southend, Inglaterra, comenzaba a convertirse en una nada disimulada animadversión, tanto por parte de la prensa como del público o la industria. No. "Tío, que llegué a ir sexto de entre más de un millón de equipos. No te voy a decir a quién fiché. Un mago jamás revela sus secretos". Pues eso, que Faris se refiere a Sour Face FC (Cara Amarga Fútbol Club), su equipo en La Liga Fantástica, esa competición virtual en la que, en base a un presupuesto, se compone un equipo de fútbol y se ganan puntos cada jornada dependiendo de las habilidades de tus elegidos. La idea de que este peludo que fue a la escuela de arte, colaboró con la firma de moda April 77 y lidera la banda que muchos han utilizado para explicar todo lo que va mal en la industria, se siente delante del ordenador y decida si gasta un millón de fichas en Milner o en Huddlestone parece casi un gag de Little Britain.
"Lo más importante para sobrevivir en esto es que te importe una mierda lo que piensen o digan de ti. El haber crecido en un pueblo pequeño, el que nos hayamos tenido que pegar cada dos por tres con tipos que nos insultaban porque decían que vestíamos como chicas o maricones acaba haciéndote inmune a críticas y alabanzas. Estamos acostumbrados a que no se nos entienda, pero no estamos dispuestos a explicarnos mejor", comenta Badwan desde el balcón de su casa mientras, según afirma, intenta ver caras de famosos en las nubes del cielo londinense. "Me preguntan constantemente qué tipo de epifanía sucedió para que pasáramos de ser una banda de mierda a una buena. Supongo que esperan que les diga que Geoff Barrow nos escribió las canciones o algo así, pero lo único que ha pasado es que hemos crecido, y seguiremos creciendo. Una banda es un trabajo que jamás está terminado". Y es que The Horrors surgieron de la idea que tenía Spider Webb (antes, teclista; ahora, bajista) de crear un ente total, consagrado al garage gótico, adornado con fanzines que versaran sobre dudas hamletianas contemporáneas, como la naturaleza intrínseca de los pantalones pitillo o los secretos del baile beat step. Se editaron tres números ilustrados todos por Faris. Esto, en vez de reforzar la idea de que estos cinco imberbes, que necesitaban untarse las piernas con aceite de grasa de bacalao para ponerse los pantalones, formaban una banda como Dios manda, añadió el esnobismo a la serie de peyorativos recurrentes a la hora de hablar del grupo que debutó de largo con el opaco e incomprendido Strange house. "El problema es que, en un principio, nos adoptó la parte de la prensa que se dirige a un público que, cuando salió el disco, se horrorizó ante tanta agresividad. Los que podían haberse enamorado del disco nos odiaban desde que salimos en el NME. Jamás nos iban a tomar en serio".
En el festival Faraday de Vilanova le rompieron las gafas a un miembro del público. En el CMJ de Nueva York, Faris acabó a puñetazos con un fan. En la madrileña sala Moby Dick aún se acuerdan de toda su familia. "Aquel concierto fue de lo mejor que hemos hecho", recuerda el vocalista. Famosos por un directo imprevisible, agresivo más allá de lo razonable o incluso de lo ética y estéticamente recomendable, The Horrors hablan en vez de gritar, recordando que para correr, primero hay que aprender a andar. Se encerraron en un estudio en Stoke Newington, intercambiaron instrumentos y sucumbieron a la algo pasada de moda tentación de escribir canciones. Faris se cortó el pelo y aprendió a cantar. "Creo que sí he ganado cierta confianza con mi voz, ahora puedo hablar por teléfono más de 20 minutos con la prensa", bromea. Con todo preparado, se decidió que Chris Cunningham y Geoff Barrow iban a producir el disco más sorprendente del año. Una magnífica colección de temas de shoegazing con aires góticos que, a pesar de sonar mucho más a la moda que la deliciosa empanada sónica de su debut, han disipado casi todas las dudas sobre este grupo. Antes fueron una idea original que salió mal, y ahora son una idea común que ha salido la mar de bien.
The Horrors tocan el viernes 17 en el FIB.
Primary colours está editado en PopStock!
Fib: no sólo música Kings Of Leon, Oasis o Franz Ferdinand son el reclamo, pero hay más: cortos, moda y hasta cursos.
Documental. Quince años de FIB es una pieza autopromocional, sentimental y antropológica que recorre la distancia entre The Charlatans y los cámpings sin una triste sombra hasta The Killers y la marabunta británica, en un festival que no parece haberse enterado de la crisis.
Moda. Lo que hace 12 años era una excusa para huir de las aglomeraciones es hoy una pasarela con cierta reputación e, incluso, diseñadores invitados. Este año, Alexandra Moura (en la foto, uno de sus tocados).
Cortometrajes. Del 13 al 16 de junio, en el teatro de Benicàssim, décima edición del Festival de Cortos FIB. Sección oficial, retrospectiva de Michel Gondry y muestra de obras del Future Shots londinense.
Arte. En el mismo recinto y en la playa, donde aparte de resacas
en movimiento se verán creaciones de José Begega, Gerald Van der Kaap (en la imagen, una de sus obras) o Natalia Angel.
Cursos. Del 5 al 17 en la sede de la UJI de Benicàssim. Se imparten 20 horas lectivas que corresponden a un crédito universitario. Los cursos van desde Política cultural y disidencia hasta uno de título más que inquietante: Experiencias.
La ciudad. El FIB se desarrolla en una villa costera de turismo familiar con entrañables establecimientos de idiosincrasia casual (Bon Mosset, Pinguins), dos restaurantes árabes e incluso uno francés. Si eres de esos que comen hasta en los festivales, coge el coche y, a unos 20 kilómetros, zámpate los mejores langostinos del mundo en el Parador de Benicarló.
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