Jean Dausset, una vida entre la ciencia y el arte
El pasado 6 de junio falleció en Palma de Mallorca, donde vivió los últimos años de su vida, Jean Dausset, premio Nobel de Medicina en 1980. Para muchos inmunólogos españoles que aprendimos en su laboratorio del hospital San Luis de París, las técnicas y fundamentos que nos permitieron contribuir al desarrollo de los trasplantes en España, nos resulta inevitable e imprescindible, transmitir lo que representó para nosotros, para la medicina española y la inmunología. Porque fue una persona de amplio registro que concentró la pasión por el arte, la ciencia y la política, integrando esas pasiones en una manera de ser.
Terminó sus estudios de medicina durante la II Guerra Mundial, en un París ocupado, y se incorporó a las fuerzas armadas en Túnez como médico transfusor. Siempre despreció el nazismo. Tras la guerra, reanudó sus trabajos sobre las reacciones transfusionales en el hospital de Saint Antoine de París, y desarrolló su tesis sobre la exanguinotransfusión. Disfrutó dos años de una beca del Plan Marshall en la Universidad de Harvard (Boston), donde profundizó en el estudio de la hematología y la inmunología. Le acompañó su esposa Nina, armenia, con quien había abierto en el barrio de Saint-Germain-des-Prés la galería del Dragón, punto de encuentro de jóvenes artistas del surrealismo de quienes fue médico y amigo.
Quería que los avances científicos se aplicasen pronto en los pacientes
En 1952, de nuevo en París, al tiempo que alternaba con André Breton, Jorge Camacho, Roberto Matta, Jean Paul Riopelle y otros artistas, descubrió la existencia del fenómeno de la leucoaglutinación en individuos que habían recibido transfusiones, lo que le permitió años más tarde llegar a su gran descubrimiento: el sistema de antígenos de histocompatibilidad humanos (HLA). Más tarde, con el cirujano americano Felix Rapaport, demostró la influencia del sistema HLA en la evolución de los trasplantes de piel.
A finales de los años cincuenta se embarcó en una nueva y trascendental aventura. Junto a Michel Debré, y bajo el mandato del general De Gaulle, dirigió el grupo que planificó el gran cambio de la medicina francesa, que integró en los hospitales las actividades docentes de las facultades de Medicina, la asistencia sanitaria y la investigación biomédica, modelo exitoso que sigue vigente. Entonces conoció a su segunda esposa y madre de sus dos hijos, Enrique e Irene, la madrileña Rosita Mayoral, que imprimió acento español a su vida.
En 1969, puso en marcha la Asociación France-Transplant para permitir el intercambio de riñones entre pacientes de toda Europa y de la que fue presidente más de tres décadas. En esta asociación se integraron los hospitales españoles desde los setenta hasta la constitución de nuestra Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en 1989, 30 años más tarde. Durante esos años fuimos muchos los españoles que nos formamos en su laboratorio y que asistimos a las reuniones de France-Transplant. El éxito del trasplante español tiene muchos progenitores, pero, sin duda, Dausset es uno de ellos.
En 1982 se encontró otra vez frente al arte. Una rica coleccionista, Hélene Anavi, a la que Dausset conoció en los años de la galería del Dragón, le legó su colección para que, con su venta, promoviera la investigación biomédica. Con la recaudación de la subasta de los cuadros -varios de Balthus, Matta y Masson- se construyó el Centro para el Estudio del Polimorfismo Humano (CEPH), junto al hospital San Luis de París. Aquí se comenzó a elaborar el mapa físico del genoma humano con las muestras de ADN de más de 60 familias, lo que facilitó enormemente el Proyecto Genoma Humano.
Dos aspectos de su vida científica me parecen singulares: primero, prefirió siempre la cooperación a la competición y así impulsó el trabajo en redes internacionales, en el marco de los Talleres Internacionales de Histocompatibilidad. Esa colaboración, que perdura, ha permitido avances extraordinarios en el conocimiento de la inmunología del trasplante y los polimorfismos genéticos humanos. Segundo, su entusiasmo porque los avances científicos derivaran lo antes posible en beneficio para los pacientes. Siempre nos animó a que nuestro trabajo y conocimientos pudieran aplicarse en la modernización de nuestro país y en el beneficio de la gente. Nos enseñó una manera diferente de ser patriotas.
De sus memorias selecciono una confesión que explica su vida: "Fue en el curso de la guerra cuando realmente elegí mi terreno, el de los oprimidos, los despreciados, el de las víctimas, y donde comprendí la hipocresía que se oculta detrás de los grandes discursos de los conservadores" (Jean Dausset, Clin dòeil à la vie, Editions Odile Jacob, París, 1998). Descanse en paz.
Antonio Núñez Roldán es jefe del servicio y profesor titular de Inmunología del hospital Universitario Virgen del Rocío de la Universidad de Sevilla y diputado socialista en el Parlamento de Andalucía.
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