Truco muy escondido
Estudio de Fritz.
Prace, 1953.
Mientras el III Memorial Ruy López, que empieza hoy en Zafra (Badajoz), va produciendo partidas interesantes, disfrutemos de esta joyita. El jugador de las blancas puede llegar fácilmente a la conclusión de que la victoria es imposible: si defiende el caballo, pierde el peón, y el final resultante de torre y caballo contra torre, sin peones, es tablas. Profundizando un poco más, calculemos qué ocurre si entregamos el caballo para potenciar el peón: 1 a4, T - f1+ 2 Re2 ,Tf4, y el rey blanco está demasiado lejos para contribuir a la defensa de su peón. Pero, por imposible que parezca, hay un camino a la victoria, un truco muy escondido, basado en la escasez de movimientos de la torre negra: 1 a3!! (como ya se ha dicho, tras 1 a4, T - f1+ 2 Re2, Tf4 3 a5 -o bien 3 Ta3, Rb2, y el peón cae- 3... Ta4 4 Td5, Ra2 5 T - f5, Rb3, el peón blanco está perdido) 1... T - f1+ 2 Re2, Tf4 (las otras dos defensas conducen al desastre de inmediato: si 2... Th1 3 Td1+, T - d1 4 R - d1, y las negras pueden rendirse; y si 2... Rc2, las blancas llevan al rey hacia abajo, para que el peón blanco sea inal6canzable: 3 Td2+!, Rc3 4 R - f1, R - d2 5 a4, y se acabó; sin embargo, Tf4 parece una solución suficiente porque todo indica que el peón blanco no podrá sobrevivir al ataque combinado de la torre y el rey) 3 Tb3+, Ra2 (¿y ahora qué?) 4 Tb4!, y las negras pueden rendirse porque la torre negra no tiene casillas de escape. Nótese que el peón de f5 es un traidor; si no existiera, la torre negra podría retroceder a f8, por ejemplo, y el empate estaría garantizado. Correspondencia: ajedrez@elpais.es
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