LA DICTADURA DEL 'FAN' INTERNAUTA
El hombre más influyente del año, según la edición digital de la revista Time, se llama simplemente Moot. Es el nick, o seudónimo, de Christopher Poole, de 21 años y fundador de 4chan.org, el foro online más visitado del mundo. La apariencia de su sitio web es fea y caótica, los chistes privados hacen que el principiante se pierda en un mar de referencias incomprensibles y la ausencia de normas lleva a que uno pueda encontrar de todo. Sin embargo, allí han nacido los más intensos fenómenos cibernáuticos de los últimos años: los memes, los lolcats o el rickrolling (un vistazo en Google ahorrará horas de explicaciones al lector que los desconozca). También ha destapado escándalos mediáticos que han podido costar campañas electorales, como el hackeo al e-mail de Sarah Palin. La elección de Moot como personaje más influyente del año fue, ha confirmado Time, otro simple hackeo. Pero, demostrando sentido del humor y una moderna resignación, aceptaron la trampa y dejaron el resultado como estaba. Tal vez pensaron que si los miembros de un foro son capaces de hackear su web para dar tal toque de atención, su líder, Moot, puede ser realmente el hombre del año.
"La industria ha perdido el norte. Debe escuchar a los 'fans', no temerlos" (Selene Moral, los40.com)
Con este movimiento, Time y la sociedad en general vienen a admitir el poder que, desde hace tiempo, tienen un puñado de internautas cuando se les mete una idea en la cabeza. "La gente tiene un montón de tiempo que perder en Internet", cuenta, desde la Universidad de Columbia, Sreenath Sreenivasan, profesor de periodismo digital y uno de los mayores expertos en lo que se ha venido a llamar "la convergencia de medios". "Bromas e intromisiones como el caso de Moot han ocurrido desde los primeros pasos de Internet, pero se han acelerado y seguirán haciéndolo a medida que las redes sociales adquieren más poder. No hay más que echar un vistazo a Twitter. Una sola frase puede iniciar una tendencia global".
Los fines de estas pequeñas revoluciones online suelen ser tan extraños como los medios. En abril de 2006, el ex vigilante de la playa David Hasselhoff, que había disfrutado de un par de éxitos musicales a finales de los ochenta, llegó al número tres de las listas inglesas con un single simpático pero chapucero, Jump in my car. ¿Cómo? 40.000 internautas acordaron comprarlo online a la vez, a modo de gigantesca broma. El locutor inglés Chris Moyles probó en 2007 otra vía: pinchó repetidamente Honey to the bee, viejo hit de la ahora actriz televisiva Billie Piper. La aludida, casi sin enterarse, vio cómo su éxito ya olvidado reentraba en el top 20 de las listas inglesas debido a las descargas digitales. La industria miraba con diversión y recelo, contemplando la posibilidad de que sus listas reflejasen más las acciones de unos internautas socarrones que los gustos musicales generales de un país. Selene Moral cuenta desde los40.com que "existen auténticos lobbies de fans dispuestos a todo con tal de apoyar a un artista. Cuando testamos los contenidos musicales en la página web nos damos cuenta de que un artista desconocido puede atraer muchas más visitas que un número uno consolidado. La industria ha perdido un poco el norte y debe escuchar a los fans: no hay que tener miedo a lo que la gente pide, aunque sea un artista malísimo o incluso una broma. La industria se reactiva en función de los fans, son quienes consumen música".
Hace un par de meses, el guionista de Watchmen, David Hayter, hizo el mismo movimiento, pero en el sentido opuesto: pidió a los internautas que volviesen a ver la película al cine para que la recaudación en taquilla no bajase. ¿Un guionista millonario rogando ocho dólares a los internautas? No fue muy bien visto, pero como bajada de pantalones hollywoodiense tuvo su gracia. Más acertados han estado los fans de The Sarah Connor chronicles, que han iniciado una original campaña para salvar esta serie-secuela de Terminator que la Fox planea cancelar: han abierto un perfil en flickr.com donde aparecen posando con productos anunciados en la serie para demostrar a productores y marcas que ellos aportan su granito de arena.
Si esta tendencia es pasajera o se hará habitual está por ver, pero beneficiarios ya tiene: Rick Astley fue elegido —en lo que no es otra gran broma más de la Red— como "el mejor artista de la historia" en los MTV Euro Music Awards de 2008, todo gracias al rickrolling obra de Moot, que le devolvió a la fama. El texto que acompaña a la fotografía del joven forero en el número de Time que recoge a los 100 personajes más influyentes del año está escrito por el propio Astley. Y termina, obviamente, así: "Gracias, Moot".
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