Exhibición de los Rockets
Houston iguala la eliminatoria ante unos apáticos Lakers
En el momento más inesperado, los Rockets dieron un repaso a los Lakers y empataron una eliminatoria que parecía finiquitada. La baja de Yao Ming, el factor campo recuperado y una superioridad en talento y efectivos por parte del equipo de Phil Jackson no tuvieron la más mínima influencia, sino más bien lo contrario. Ante un conjunto tocado por el marcador y las lesiones, se podría prever un golpe en la mesa expeditivo, un mensaje inequívoco de que sin el gigante chino la serie se había terminado el pasado viernes. Nada de esto ocurrió, sino más bien lo opuesto. La resistencia a la adversidad de los Rockets pudo mucho más que la supuesta intención de los Lakers para no gastar más energía de la necesaria. Supuesta porque el partido del cuadro angelino fue infame del principio al final, hasta el extremo de llevarse una auténtica paliza, impropia de un equipo que aspira a conquistar el anillo que distingue al campeón.
HOUSTON ROCKETS 99 - L. ANGELES LAKERS 87
Houston Rockets: Brooks (34), Battier (23), Artest (8), Scola (11) y Hayes (2) -equipo inicial-; Lowry (12), Landry (2), Wafer (4) y Cook (3).
Los Angeles Lakers: Fisher (2), Bryant (15), Ariza (5), Gasol (30) y Odom (2); Walton (5), Farmar (7), Vujacic (7), Brown (14), Bynum (0) y Powell (0).
Árbitros: Crawford, Bavetta y Smith. Pitaron faltas técnicas a Bryant y Odom. No hubo eliminados por personales.
Hay que reconocer que lo de Houston tiene mucho mérito. Perdieron hace meses a McGrady, el choque ante Portland finiquitó la carrera de Mutombo y en el tercer partido de este duelo Yao Ming dijo adiós a la temporada. Suficientes excusas para tirar la toalla. Pero nada más lejos de lo que se vio en esta cuarta cita. La ausencia de Yao obligaba a sus compañeros a dar un paso al frente, sobre todo en las tareas ofensivas, y Battier, antiguo compañero de Pau Gasol en Memphis, fue el que mejor lo entendió. Normalmente dedicado a tareas defensivas, en esta eliminatoria centradas en perseguir a Bryant y ponerle la mano en la cara cada vez que lanza, sacó a relucir una serie de tiros triples que martillearon la blandísima defensa rival. Entre su acierto y la frenética actividad de Brooks, una especie de jugador látigo, eléctrico en sus movimientos y que sembró el terror durante todo el partido, Houston se paseó sin encontrar en ningún momento una respuesta coherente por parte de los hombres de Jackson. Las ventajas de los Rockets fueron enormes desde casi el inicio: 9-0 para comenzar, 26-9 en el minuto 9, 54-36 en el descanso, 83-54 al final del tercer cuarto. Vamos, que no hubo partido. Increíble.
Pese a los 30 puntos y nueve rebotes de Gasol, la serie vuelve empatada a Los Ángeles con los Lakers alimentando con su irregular comportamiento un sinfín de dudas. Por su rendimiento, absolutamente ciclotímico, las diferentes actitudes que muestran depende del día que les toque o cómo vaya el marcador y también por la comparación con el paseo militar que se están pegando LeBron James y sus Cavaliers en el Este.
Los problemas abarcan todas las áreas del juego y a casi todos los jugadores. Fisher no dirige, Farmar no madura; Bynum, el deseado, es una sombra de lo que se esperaba de él; el banquillo, en general, no aporta ni lo imprescindible, y Bryant cae en demasía en un Kobe contra el mundo. Hasta Pau, a pesar de sus buenos números, parece un poco fuera de foco.
Sufrieron más de la cuenta ante Utah a pesar del 4-1 final y con Houston llegarán al menos hasta el sexto partido. Demasiados encuentros y muchas cuestiones sin resolver que les van a obligar a dejar de mirar al futuro y centrarse algo más en el presente. El del quinto y decisivo encuentro de mañana. Al menos, tienen la estadística a su favor. Jugar peor es imposible.
Davis empata la eliminatoria para los Celtics
Los Celtics siguen caminando hacia la defensa de su título de campeones en mitad del dramatismo y el suspense. La pasada madrugada, la franquicia de Boston tuvo al alero Davis como el héroe de la noche. Más conocido como "Big Baby", Davis, no sólo ha reemplazado con garantía al estelar Garnett, sino que además con su canasta en la última décima de segundo del partido permitió a los Celtics ganar por 94-95 para empatar a 2-2 la serie al mejor de siete y recuperar la ventaja de campo.
La acción de Davis salvó a los Celtics de regresar a su campo del Northbank Garden, de Boston, con una desventaja adversa de 1-3 que les hubiese puesto al borde del abismo de la eliminación, mientras que ahora recuperan todas las posibilidades de estar de nuevo en las finales de la Conferencia Este. La serie regresa a Boston, donde el martes se jugará el quinto partido y volverá de nuevo, el viernes, a Orlando para el sexto. Davis, que tenía promedio de 10,6 puntos en los tres partidos anteriores esta vez surgió con 21 tantos y seis rebotes, para ser el segundo máximo encestador, sólo superado por Paul Pierce que llegó a las 27 anotaciones (9 de 15 tiros de campo).
Pero la aportación de Big Baby fue decisiva en el cuarto periodo cuando anotó siete de los 16 puntos que lograron los Celtics y capturó cinco rebotes después que los Magic remontar al conseguir 23 tantos. Antes el base Rajon Rondo había hecho también su trabajo al aportar 21 puntos, 14 rebotes y dos asistencias para los Celtics que completaron el tercer periodo con parcial de 71-79. El pívot Kendrick Perkins se apuntó al doble-doble de 12 tantos con 13 rebotes, mientras que el escolta Ray Allen, estuvo en su línea de inconsistencia ofensiva al quedarse con 12 anotaciones (6 de 13 tiros de campo).
Los Celtics que tuvieron un 52 por ciento de acierto en los tiros de campo, se pusieron con marca de 4-0 cuando en los partidos de la fase final han superado el 40 de porcentaje. Pero fallaron en los triples al quedarse con sólo el 10 por ciento (1-10) y en las personales llegaron al 66 (18 de 27). El pívot Dwight Howard aportó 23 puntos con 17 rebotes para conseguir su vigésimo doble-doble como profesional en la fase final y fue de nuevo el líder en el ataque de los Magic. Mientras que el alero Rashard Lewis lo apoyó con 22 tantos, pero el equipo se quedó con sólo un 40 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 18 en los triples (5-27).
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