Cara y revés en la agroindustria
La obra analiza el papel actual y futuro de esta actividad
En los discursos de los políticos españoles, sean de la ideología que sean, siempre aparece una misma coletilla: "Nos hemos de especializar en industrias de elevado valor añadido". Piensan en potenciar la biotecnología, la industria aeronáutica o las telecomunicaciones. No obstante, prácticamente ninguno de ellos hace significativas referencias a la actividad agroalimentaria. Injustamente, es la gran industria olvidada en nuestro país. Aunque la productividad media por trabajador en ella no alcance las cuotas de las anteriores, el volumen de empleo que genera es notablemente superior. Y, ya se sabe, sin crecimiento de la ocupación, el consumo privado no tira, y si éste no lo hace, difícilmente lo hará el PIB.
UN PLANETA DE GORDOS
Y HAMBRIENTOS. LA INDUSTRIA ALIMENTARIA AL DESNUDO
Luis de Sebastián
Ediciones Ariel
ISBN 978-84-344-8789-5
Probablemente, nuestros políticos no nombren a la industria agroalimentaria en sus discursos porque no la conocen. Es posible que nadie se la haya presentado. Ahora ya no tienen excusa. Luis de Sebastián, con una sencillez apabullante, numerosos datos y gran rigurosidad, les describe sus secretos confesables e inconfesables. En los capítulos 3 y 4, entre otros muchos aspectos, nos cuenta los pros y contras de la bioagricultura, el papel clave de las semillas en la industria agroalimentaria actual, el perjuicio que causan las multinacionales a la agricultura de los países en vías de desarrollo y las principales técnicas empleadas por éstas para conseguir elevados beneficios.
De todos los anteriores aspectos, probablemente el que más sorprenderá al lector es la relevancia que pueden tener las semillas en el negocio agroalimentario de los próximos años. A los políticos "buscadores de valor añadido" les recomienda que lean más de una vez la siguiente frase: "Quien posea las semillas del futuro tendrá en su poder las plantas, todos los frutos que dan esas plantas y los alimentos que se hagan procesando esos productos". Indudablemente, mucho poder y una gran fuente de beneficio que ningún gobernante debería menospreciar.
La dicotomía gordos contra hambrientos la refleja en los restantes capítulos del libro. Por un lado, señala las causas y las consecuencias del exceso de peso en el mundo, y por el otro, detalla la geografía del hambre, así como las distintas actuaciones que se realizan para combatirla. Indiscutiblemente, la asignación de recursos es manifiestamente mejorable si en nuestro planeta conviven 1.100 millones de personas con exceso de peso y obesas y 1.000 millones de hambrientos. La suma de ambos grupos equivale prácticamente a la tercera parte de la población mundial.
Después de leerlo, probablemente más de una persona con kilos de más se dará cuenta de cómo la industria agroalimentaria ha manipulado sus hábitos alimentarios. En el libro también encontrará cuánto y qué ha de comer diariamente para lograr un peso próximo a su ideal. Por otra parte, un gran número de lectores se quedarán perplejos de las verdaderas razones por las que en el siglo XXI continúa habiendo tanta hambre en el mundo. Luis no sólo denuncia y detalla los errores cometidos, sino que ofrece soluciones.
Para acabar con el hambre, entre otras múltiples soluciones, el autor aboga por la apertura total y asimétrica (sin contraprestaciones equivalentes) de los mercados de los países ricos a los productos agrícolas de las naciones pobres, tales como azúcar, café, té, cacao, etcétera. Sin embargo, la liberalización agrícola de los mercados desarrollados es un tema tabú para los políticos. Es un aspecto que tienen muy claro los políticos franceses, quienes consideran que la manera más rápida de fracasar en política es enfrentarse con los agricultores.
En resumen, un libro para todos los públicos que probablemente no deje a nadie indiferente y que sigue a rajatabla los principios en los que siempre se basa Luis en sus obras. Tal y como él dice, "analizar para conocer, denunciar, instruir, educar, movilizar a la opinión pública y tratar de cambiar lo que está mal en el mundo".
Gonzalo Bernardos es profesor de Economía de la Universidad de Barcelona.
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