Federer, de revancha

Roger Federer está de revancha. Ha pasado de rechazar los asaltos a su castillo a intentar colarse de nuevo por las almenas para recuperar el trono. En el Masters de Miami de 2008 cayó en los cuartos de final ante el estadounidense Andy Roddick y en la madrugada de ayer se tomó el desquite. El suizo le superó por 6-3, 4-6 y 6-4 y dejó sus cuentas particulares con él en un rotundo 17-2. Su siguiente papeleta, hoy, en las semifinales, será Novak Djokovic, que pasó su rubicón frente al corpulento Jo-Wilfried Tsonga. El serbio había perdido sus cuatro anteriores enfrentamientos con el francés y, aunque penó, medio desfallecido, atendido por el médico, sacó sus recursos para ganar por 6-3 y 6-4 en medio de un calor y una humedad asfixiantes. A su vez, Rafael Nadal y Fernando Verdasco debían jugar en la madrugada pasada, respectivamente, contra el argentino Juan Martín del Potro y el británico Andy Murray.

Encaminó bien Federer el encuentro contra Roddick y ganó la primera manga tras romper por segunda vez su servicio en el noveno juego. El norteamericano, al que nadie le puede negar su entrega, remontó un 0-40 en el cuarto juego del segundo set y lo acabó ganando ante un ex número uno al que se le van bastantes más bolas que antes y en momentos decisivos. Ningún reloj es eterno. Para ambos, al menos, no hacía tanto calor por la noche.

En la manga decisiva, Roddick no aprovechó dos oportunidades de rotura de saque con 3-3 y Federer, en cambio, supo resolver con dos puntos geniales. Especialmente, un revés cuando ya mandaba por 5-4 y peligraba Roddick con 40-40. Su salto de alegría, casi al estilo Nadal, fue significativo. Cazó el partido con la precisión de antaño cuando meterse otra vez entre los mejores y ganar los torneos ya no es una rutina para él.

Brooklyn Decker, la novia modelo de Roddick, famosa por sus fotos en la clásica edición de bañadores de Sport Illustrated, se recogió triste al borde de la medianoche. La pareja embarazada de Federer, acompañada por la ex jugadora estadounidense de origen cubano Mary Joe Fernández, no.

Federer ya sabía lo exhausto que terminó Djokovic. Otro motivo para ser optimista pese a que va a tener menos descanso. El serbio, ganador en 2007, además de sus problemas habituales con las altas temperaturas (se retiró mareado de Australia), adujo problemas estomacales.