La excepción polaca
A diferencia de sus socios del Este de Europa, Polonia resiste por ahora los embates de la crisis
Polonia se mantiene como el alumno más aventajado de los países que en 2004 se sumaron a la UE. La crisis económica ha afectado con fuerza a los socios del Este, que la semana pasada pedían ayudas urgentes a Bruselas en la reunión informal convocada por la República Checa para tratar los problemas económicos. No obstante, las cifras reflejan que la economía polaca ha mantenido el tipo y será de las pocas que no entrarán en recesión durante este año. Ello gracias a una demanda interna que ya creció por encima del PIB en 2008.
En términos interanuales, Polonia creció un 2,9% durante el último trimestre de 2008, impulsada principalmente por el crecimiento de un 3,5% en la inversión y de un 5,2% en el consumo privado. Las buenas vibraciones se confirman en un reciente informe del Banco Mundial, que pronostica un crecimiento del 2% para este año. Para la entidad internacional, "Polonia es el país que en mejor situación fiscal y financiera se encuentra entre los nuevos integrantes de la UE". También indica que la disciplina fiscal es su mejor arma contra la crisis.
Un detalle negativo: el 'zloty' se ha depreciado un 40% frente al euro
Esta favorable coyuntura ha animado incluso a los más optimistas a proponer que Polonia ingrese en la eurozona un año antes de lo previsto, incluso -como ha pedido Hungría- obviando algunos requisitos impuestos a los países de la moneda única. El debate se ha reavivado en momentos en que la moneda polaca, el zloty, se muestra inestable ante la crisis de los mercados financieros internacionales. En las últimas semanas, y tras la intervención indirecta del Estado, el zloty se ha depreciado un 40% en relación al euro.
A favor del ingreso de Polonia en la zona euro juegan sus ordenadas cuentas, que mantienen el déficit fiscal por debajo del 3% exigido por la UE, y su necesidad de utilizar la moneda única como paraguas para enfrentar la crisis económica. No obstante, el propio Ejecutivo ha zanjado la polémica señalando que Polonia puede vivir sin el euro debido a su actual fortaleza económica. Una fortaleza que, sin embargo, tendrá este curso serios retos ante la caída del comercio exterior, la ya mencionada depreciación de su moneda y el aumento del desempleo.
Los analistas coinciden en que Polonia ha duplicado su exposición a las crisis internacionales desde su ingreso en la UE. Los datos señalan que desde 2004 ha duplicado sus envíos al exterior, aunque ha aumentado su dependencia de los países europeos: el 25% de sus exportaciones tiene como destino Alemania, y el 65%, el resto de la UE. Por tanto, si los socios comerciales de Polonia entran en recesión, será muy difícil mantener el ritmo de las exportaciones. Un ejemplo: en el cuarto trimestre de 2008, los envíos al exterior ya cayeron un 2,6%.
En el caso del paro, todos los avances logrados desde el ingreso en la UE podrían desvanecerse en este curso. La tasa de desempleo en 2003 era del 20,7%, de las más elevadas de los países de la adhesión. Sin embargo, en cinco años se ha reducido hasta el 8% que marcaba a finales de 2008. En enero de este año, los datos de Eurostat reflejan que la tasa se ha reducido al 6,7%. Los problemas vendrán porque durante este año muchas empresas de Europa occidental han anunciado que podrían cerrar sus fábricas en países de Europa del Este, incluyendo Polonia.
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