"Abel sabe apretarte las tuercas"
La plantilla del Atlético destaca las dotes psicológicas del entrenador
No hace mucho tiempo, el vestuario del Atlético habría firmado "sin dudarlo" un empate en el estadio Bernabéu. "En otras ocasiones, a falta de cinco minutos, nos habríamos conformado en vista de todos los puntos que perdimos a última hora", reconoció Forlán, consciente de que la escuadra del Calderón ha concedido 17 de los 53 goles recibidos en la Liga en los 15 minutos finales. "Pero, en realidad, nos fuimos con bronca", estimó el delantero uruguayo. "Eso es bueno. Significa que nuestro trabajo va calando", interpretan en el cuerpo técnico del cuadro rojiblanco.
Las dotes psicológicas de Abel Resino han reanimado un vestuario "marchito" y con la autoestima "por los suelos". "Sabe apretarte las tuercas", confiesa un jugador. "Soy muy condescendiente cuando tengo que serlo. Me río cuando toca reír y me pongo serio cuando toca eso. Trato de buscar el equilibrio en lo que hago", dice el entrenador manchego, que se ha ganado "el respeto" de la plantilla en "los detalles de lo cotidiano". "Por ejemplo, muchos le miraban con respeto en el AVE a Sevilla mientras leía concentradísimo El arte de la guerra", cuentan en la ciudad deportiva de Majadahonda.
"Los jugadores se han convencido de que son capaces de todo", dice el cuerpo técnico
"Ahí hay conceptos que ya conocía. No hemos descubierto la pólvora. Tan sólo tratamos de aplicar el sentido común", restan misterio los inquilinos del banquillo rojiblanco, que ven "un antes y un después" en los ojos de sus futbolistas tras la remontada sobre el Barça. "Les dijimos que el empate con el líder de la Liga era pan para hoy y hambre para mañana. No nos servía de nada. Los jugadores asimilaron el mensaje y se convencieron de que son el Atlético y, por tanto, capaces de todo", insiste Juan Sabas, segundo junto a Santi Denia, en su diagnóstico.
"Uno de nuestros objetivos prioritarios era que los jugadores, más allá del resultado, se fueran a casa con la cabeza bien alta. Con la sensación de que lo habían dado todo", reflexiona el preparador físico, Miguel Peiró. Poco a poco, la nueva doctrina que combate el síndrome del Pupas parece que funciona: "Un punto nos sabe a poco", reitera Leo Franco. "No, no estoy molesto por mi cambio por Sinama, aunque cualquier jugador quiere estar en el campo hasta el último minuto", considera Maxi, que, al contrario que ante el Barça, no tiró el brazalete al suelo. "¿Cuál es la conclusión? Que aquí todos sumamos y no hay nadie por encima de nadie. Ése es nuestro mensaje. Las pataletas no construyen un entorno positivo", concluyen los responsables del equipo, que el miércoles buscará voltear en Oporto la igualada a dos del Calderón y el domingo recibirá al Villarreal, que está a cinco puntos de distancia y ocupa el último puesto que da acceso a la Champions.
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