Touriño promete "rectificar" y no da pistas sobre su futuro
El líder socialista anuncia que seguirá "trabajando por Galicia"
"Los electores decidieron. Seguiremos sirviendo si cabe con más intensidad a Galicia". El presidente de la Xunta en funciones, Emilio Pérez Touriño, compareció ayer al filo de las 22.15 horaspara reconocer la victoria del Partido Popular y anunciar que el Partido dos Socialistas de Galicia seguirá trabajando por los ciudadanos gallegos. Lo hizo después de felicitar personalmente al ganador de las elecciones, poco después de que el conselleiro de Presidencia, su compañero de partido, José Luis Méndez Romeu, anunciase oficialmente lo que todos en el Hotel Puerta del Camino de Santiago, el cuartel general de la noche electoral socialista, sabían ya desde hacía media antes: el triunfo incontestable del PP y su líder, Alberto Núñez Feijóo.
El PSdeG seguirá adelante porque "es el deseo de todos los militantes"
La desolación y el estupor en las filas socialistas eran absolutos
Touriño habló arropado por su esposa, Esther Cid; por el vicesecretario general, Ricardo Varela; por la número tres del partido, la secretaria de organización, Mar Barcón, y por una de lñas mujeres de la máxima confianza del líder socialista, la todavía conselleira de Política Territorial, María José Caride. Junto a ellos, la plana mayor de los dirigentes del PSdeG y de los miembros del Gobierno saliente de la Xunta. Las caras de todos ellos componían el más vivo retrato la decepción.
Con el rostro sonriente, pero sin poder ocultar un rictus de tristeza, Touriño dio las gracias a la ciudadanía por haber participado masivamente en las elecciones, así como por la normalidad de la jornada electoral. Reconoció "la victoria del Partido Popular" y transmitió su "reconocimiento y felicitación" a Alberto Núñez Feijóo "con el deseo", afirmó "que las cosas transcurran de forma positiva".
Con el lema de campaña a su espalda (Touriño, O Presidente), El frustrado candidato socialista agradeció a los militantes, los simpatizantes y los electores del partido socialista todo el "apoyo y la energía" que entregaron durante estos años al Gobierno de la Xunta. Recordó a los que se movilizaron durante la jornada electoral enarbolando "banderas de noble dignidad". "A ellos mi reconocimiento y gratitud. Su trabajo", subrayó, "no será baldío". La democracia, prosiguió Touriño, "es ganar y perder". "Siento personalmente no haber llevado el partido al triunfo que Galicia necesita, pero los electores tienen la palabra", se justificó.
El partido socialista, señaló, seguirá adelante por Galicia, "Ese es el deseo de todos los militantes y no les vamos a fallar. Tomamos nota" del resultado, aseguró. "Y rectificaremos todo los que haya que rectificar para seguir trabajando por Galicia". En ese momento, los dirigentes socialistas presentes en la sala rompieron a aplaudir en una larga ovación mientras los fotógrafos rodeaban.
Touriño no dio pistas sobre su futuro, ni a sus compañeros ni a los periodistas. Y puso fin a su intervención pública anunciando que será hoy, después de una reunión extraordinaria de la comisión ejecutiva del PSdeG, cuando analice las consecuencias del resultado electoral.
La desolación en las filas socialistas era ayer absoluta. Las sonrisas y los gestos de optimismo de las primeras horas (Touriño llegó al Hotel Puerta del Camino repartiendo abrazos y señales tranquilizadoras) fue cambiando progresivamente a medida que los datos del recuento oficial iban avanzando. Durante el día, los datos de participación habían ido abonando el optimismo en las filas socialistas. El estupor fue en aumento según avanzaba el escrutinio. Antes de que se llegase al 50%, desde la sede de Ferraz, en Madrid, las proyecciones del equipo del secretario de organización, José Blanco, confirmaron las peores perspectivas y anunciaron que la derrota era inapelable.
Touriño, acompañado por sus principales asesores en el Gobierno y por la cúpula del partido, se había recluido en uno de los salones del hotel para seguir el recuento lejos de la mirada de los periodistas. El mismo recinto al que regresó después de comparecer ante la prensa para reconocer su derrota.
Los que permanecieron en el vestíbulo fueron pasando de la incredulidad a la preocupación antes de que la evolución del escrutinio hiciese evidente la derrota. Los primeros análisis, siempre apresurados se confesaban incapaces de entender cómo los ciudadanos no habían sido capaces de ver el cambio, incapaces de entender cómo habían podido retroceder a pesar de la alta participación. Otras voces, más distanciadas, señalaban algunos de los errores cometidos durante la legislatura.
Nadie pidió abiertamente responsabilidades, pero algún dirigente recordó que una derrota sin paliativos como la de ayer debería tener consecuencias en la dirección del partido, sobre todo después de haber llevado a cabo una campaña basada casi exclusivamente en la imagen del candidato. Muy cierca, en el vecino Hotel Tryp, resonaban los ecos de la celebración electoral del Partido Popular. "Han vuelto", se lamentaba un diputado del PSdeG con una mezcla de rabia y desilusión.
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