Mucho Unicaja para un gran Estudiantes
El equipo colegial se queda a un paso de dar la campanada ante los de Aíto, que acabaron mostrando toda su fortaleza
Treinta segundos quedaban y el conflicto estaba lejos de resolverse, con Iturbe enganchando un nuevo triple, el sexto de su particular, y extraordinaria, cuenta. Treinta segundos quedaban y Estudiantes seguía empeñando en firmar otra gesta, otro milagro marca de la casa, dos puntos abajo como iba (71-73), a un paso de pegar su segundo petardazo copero.
Le hacía falta a Unicaja alguien a quien no le temblara el pulso, un tipo acostumbrado a retos de este calibre. Movió Cook el balón con habilidad en ataque y esperó el bloqueo de Archibald, para Berni Rodríguez, cuya gigantesca sombra se elevó más allá del perímetro para hacer volar un triple, el definitivo, el que dictaba sentencia en un partido electrizante, lleno de magníficos errores, la mayoría de ellos, 24 balones llegó a perder, firmados por un Estudiantes que se lo creyó durante 39 minutos y medio, el tiempo que tardó Unicaja en echarle el candado a un choque que no pasará a la historia por la calidad de su baloncesto pero sí por las toneladas de emoción que destiló sin descanso.
Iturbe, que parecía perdido para la causa, firmó seis triples en un estado sobrenatural
Seis triples, seis, firmó Iker Iturbe, un jugador que parecía perdido para la causa y que ayer estuvo a un paso de llevar a Estudiantes al paraíso de la final copera. Sorprendieron los del Ramiro con un inicio sensacional (19-13 a los ocho minutos del encuentro) y sólo su torpeza en la circulación del balón, con Brewer arriesgando siempre al límite, le impidió hurgar en la herida de un Unicaja que tardó en hacerse presente. Quince minutos transcurrieron hasta que Haislip, el protagonista el día anterior en el partido contra el Gran Canaria, logró su primera canasta. Hasta entonces, al equipo lo mantenía Archibald bajo los tableros y Berni Rodríguez en alguna aparición puntual. Estudiantes, pese al empeño de Popovic y los triples de un Iturbe en estado sobrenatural, era incapaz de sentenciar (43-41 en el descanso).
Y no sentenciar es una invitación al suicidio cuando enfrente está el Unicaja de Málaga. Un minuto después del descanso, los de Aíto García Reneses cogieron la delantera (43-45) y Estudiantes tardó cuatro minutos más en lograr una canasta con la que parar la escapada. Pero cuando lo hizo, fue a lo grande, con dos triples de Corey Brewer que dejaron temblando a los chicos de Unicaja.
Llegó el momento de los grandes en Unicaja, con aquel 55-51 con el que finalizó el tercer cuarto del encuentro. Echó un ojo Aíto a su banquillo y señaló de inmediato a Haislip, que descansaba con sólo dos puntos en su haber. Y lo primero que hizo el ex de los Bucks de Milwaukee fue clavar un triple. Al instante le respondió Iturbe, quién si no.
Archibald y Popovic intentaban rebañar cada lanzamiento bajo los tableros, Cook y Brewer competían en precipitación, fallando cada lanzamiento lejano, y el partido seguía abierto, sin que Berni Rodríguez lo cerrara con un triple (63-67), pues al instante Iturbe respondía, y Haislip volvía a dejarse ver, y treinta segundos quedaban cuando Cook subió el balón, optó por no lanzar y esperó el bloqueo, el de Haislip, que amenazó con irse a canasta, se frenó, impidió la llegada de Jasen y dejó que Berni se levantara para, sin temblar, conseguir el triple definitivo, el que pone a Unicaja en la final junto al Tau de Vitoria y deja a Estudiantes al borde de la proeza, siendo como es un invitado en este evento que a punto ha estado de adueñarse de la fiesta.
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