Emery sale herido de Son Moix
Un gran Jurado lidera la victoria del Mallorca sobre el Valencia más apático de la temporada
En su hora más baja, cuando la posibilidad de estrenar la segunda vuelta como colista estaba más cerca que nunca, el Mallorca sacó pecho y se impuso al Valencia, cuarto clasificado, con insólita autoridad. El conjunto de Emery fue un guiñapo en manos de Jurado, el mejor del encuentro, en una primera parte patética de los valencianistas. Al final, el Mallorca llegó a disponer de 14 ocasiones de gol por tan sólo tres los visitantes. La defensa de Emery volvió a ser un coladero y tan sólo mejoró ligeramente en el segundo tiempo, cuando entró Moretti en el centro en sustitución de un desenfocado Maduro. Albiol, por cierto, se resintió de una lesión muscular anterior y será baja para el choque copero del próximo jueves ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán (3-2 en la ida).
MALLORCA 3 - VALENCIA 1
Mallorca: Aouate; Scaloni, D. Navarro, Nunes, Corrales; Varela (Cléber Santana, m. 82), Mario, Martí, Jurado (Castro, m. 91); Arango y Aduriz (Webó, m. 87). No utilizados: Lux; Josemi, Callejón y Trejo.
Valencia: Guaita; Miguel, Albiol (Moretti, m. 49), Maduro (Baraja, m. 46), Del Horno; Pablo (Vicente, m. 46), Marchena, Edú, Mata; Silva y Morientes. No utilizados: César; Thiago Carleto, Albelda y Angulo.
Goles: 1-0. M. 7. Jurado marca tras aprovechar un rechace. 2-0. M. 40. Martí, de penalti. 3-0. M. 41. Jurado culmina un contragolpe. 3-1. M. 72. Vicente, tras un pase de Silva dentro del área.
Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Albiol y Mario.
16.153 espectadores en el Ono Estadi.
El técnico admite su culpa en el descalabro y dice que le dolió ver jugar a su equipo
Hicieron memoria los de Manzano y recordaron que tienen mucho fútbol en sus botas. El Mallorca ganó la partida en el centro del campo, donde brilló la pareja formada por Martí y Mario Suárez, y marcó las diferencias por la izquierda con Jurado en plan estrella. Inspirado y desequilibrante, el ex mediapunta del Madrid y del Atlético rompió el partido él solito. No halló oposición actuando como interior y desplegó un fútbol pillo y soñador. A los siete minutos, abrió el camino de la victoria con un gol de oportunista, cuando recogió el rechace del portero a una fortísima volea de Varela. Engañó luego a Iturralde dejándose caer ante el acoso de Albiol -en todo caso, la supuesta falta habría sido fuera del área- para que Martí marcara desde el punto de penalti. Y, apenas un minuto después, salió disparado como una flecha, esquivó las acometidas de sus rivales y volvió a agujerear la red de Guaita. Tarde redonda para el que ya es, con cinco goles y empatado con Aduriz, el máximo goleador del equipo balear.
Es cierto que el Valencia venía tocado de su partido de Copa ante el Sevilla. Las bajas de Villa y Joaquín dejaron huérfano al ataque. Pero no es menos cierto que ayer su técnico, Emery, equivocó de arriba abajo la lectura del encuentro. En una jornada situada en medio de una eliminatoria copera y ante un rival que sólo había sumado tres de los últimos 33 puntos posibles, decidió dar descanso a Albelda y dejar en el banquillo a Baraja y Moretti. Resultado: el Valencia no existió hasta la segunda mitad, cuando en el marcador ya figuraba el 3-0. Nada pudo oponer al rabioso vendaval que fue el juego del Mallorca durante todo el primer tiempo y únicamente halló consuelo tras el descanso cuando los de Manzano optaron por echar el freno y ceder la iniciativa. Tras el descalabro, Emery asumió "gran parte de la culpa de la derrota" y reconoció: "Desde que soy entrenador del Valencia, es el día que más me ha dolido ver jugar a mi equipo".
Le dolió al técnico la falta de ambición de los suyos. A veinte minutos del final, Silva puso la puntera en un barullo dentro del área para que Vicente enviara el balón a la red. Pareció entonces que al Mallorca le iba a entrar el tembleque y que la contienda no estaba aún resuelta. Pero fue pura ilusión. Ni las sustituciones mejoraron la imagen del Valencia. En cambio, los espacios que dejaba en la defensa bien pudieron costarle una goleada aún mayor. En la portería, Guaita, que falló en el primer gol, mantuvo el tipo frenando, una y otra vez, a Jurado, Varela, Mario, Martí y Aduriz.
Al final, pinchazo sin paliativos de todo un aspirante a los puestos de la Champions en su visita a un rival presuntamente menor. El orgulloso Mallorca de Manzano está condenado a bracear sin respiro en lo que resta de temporada. Ayer se demostró a sí mismo que, si quiere, es capaz de alcanzar la orilla.
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