"Anticipación, rapidez e intuición"

A los 15 días de llegar a Madrid, en el verano de 2007, Pepe pidió conocer a su ídolo de la infancia: Fernando Hierro. Se citaron en el comedor de la Ciudad del Fútbol, en Las Rozas. Pepe le pidió una camiseta firmada y unos cuantos consejos. "Le dije que fuera humilde, pero que tuviera carácter, y le di algunas pistas sobre cómo comportarse en un club como el Madrid y lo que significaba el Bernabéu", recuerda el ahora director técnico de la selección española, que sólo conocía al portugués de oídas.

Hierro fue, precisamente, junto a Sanchis, el último central triunfante en el Madrid. Sumaron 439 y 523 encuentros respectivamente y después de ellos desfilaron sin dejar huella Pavón, Mejía, Rubén, Samuel y Woodgate, entre otros. Cada verano, el club intentaba encontrar un central de peso, ya fuera un joven de la casa o un extranjero. Dejó de buscarlo en julio de 2007. Míchel, el ex director de la cantera, seguía a Pepe desde hace años y fue uno de sus principales valedores.

Hierro: "Me gusta su colocación y cómo vive e interpreta los partidos"

Sanchis: "Cannavaro roba el balón y se limita a darlo. Pepe se anticipa y lo maneja"

Nada más llegar, Pepe se apoyó en Cannavaro, quien se hizo con la titularidad más por su experiencia y eco internacional que por otra cosa. En vez de adaptarse al sistema defensivo español, el italiano sigue jugando como en el calcio: con faltas y muy cerca de su portero. Sin más. "Ser defensa en el Madrid es distinto que serlo en la mayoría de los otros equipos porque aquí no te defienden de ataques, sino de contraataques. Para ello, la potencia física no es de las mayores virtudes. Cuentan más la anticipación, la rapidez y la intuición", recuerda Sanchis. Y apunta con énfasis: "Pepe tiene las tres cualidades".

A Cannavaro, sin embargo, Sanchis le reprocha salir demasiado con la pelota en los pies: "Se cree Baresi". "Mi suerte y la de Hierro", agrega, "es que antes de jugar de centrales fuimos centrocampistas. Eso nos ayudó a entender que en el Madrid no vale sólo con ser un buen defensa. Hay que ser el primer atacante y eso requiere un buen manejo del balón". El ex miembro de la quinta de El Buitre abunda: "Cannavaro roba el balón, lo da y punto. Pepe lo roba por anticipación, justo cuando el rival está construyendo el juego. Eso deja abierto el sistema defensivo rival. Creas un gran agujero. Sólo tienes que medir cuándo y cómo. Lo está asimilando y va entendiendo lo que el equipo necesita de él en esos momentos. Cuando lo consiga del todo, será un magnífico central".

"Es intuitivo, sabe anticiparse muy bien y tiene un gran potencial físico y técnico. Me gusta su rapidez, su colocación y cómo vive e interpreta los partidos", añade Hierro.

Pepe, a sus 25 años, siempre contesta a los halagos con una sonrisa. Ayer incluso admitió -después de que el domingo le dijera a Juanfran: 'No te he hecho nada'- que había sido penalti. "Sí, lo fue. Le di una patada en el tobillo [en realidad, un pisotón], pero hay que entender que el árbitro toma las decisiones en unos segundos". En el vestuario le adoran. Los que tratan a diario con él quedan impactados por su constancia.

Manolo Ruiz, el segundo de Bernd Schuster, le califica de "impecable" desde el punto de vista profesional y admite que las continuas lesiones que sufrió en el último año y medio eran lo único que le mermaba. "Está siempre dispuesto a escuchar. Los problemas musculares le han impedido tener la continuidad suficiente para mejorar a diario. Cuando la tenga, dará un salto de calidad. La potencia en el salto y la velocidad que tiene le hacen llegar a situaciones que para los otros serían extremas", destaca; "a pesar de su estatura [1,86 metros] es muy ágil", dice Sanchis, quien, igual que Hierro, no le ve defectos: "Si hay que buscar alguno, es que, por su potencial físico y su juventud, si no mejorase a diario, sería un delito. Lo hacían Maradona, Van Basten y Di Stéfano...".