El 88% apoya la reforma constitucional

Treinta años después, nueve de cada diez españoles apoyan una reforma de la Constitución, aprobada en 1978 con un amplio consenso (tan sólo hubo seis votos en contra en un hemiciclo con 350 diputados). Un sondeo encargado por EL PAÍS a Metroscopia recoge una opinión mayoritaria (59%) a favor de "algunos retoques" en la Ley de Leyes, mientras que tan sólo el 8% se considera satisfecho con la situación actual y no quiere cambiar. Otro 29% aboga por una reforma "a fondo" de la Ley Fundamental. Entre los dos partidos con más representación en las instituciones, los más entusiastas de la reforma son los encuestados que confiesan haber votado al PSOE en las últimas elecciones. Por edades, son los más jóvenes (de 18 a 34 años) quienes más favorables son a una reforma constitucional.

Los encuestados piden que se elimine el trato especial a la Iglesia católica

La inmensa mayoría (88%) admite que no conoce la Constitución

Respecto a los asuntos urgentes de dicha reforma, el capítulo de la Corona es el que aglutina más apoyos. En orden de prioridades, la reforma constitucional para igualar al varón y a la mujer en la sucesión dinástica logra un 7,5 sobre 10, con más apoyo entre las mujeres que entre los hombres. Le sigue la reforma del Senado (7,1) y, por último, dentro del paquete de modificaciones que impulsó sin éxito el Gobierno en la pasada legislatura, los encuestados sitúan incluir en el texto el nombre oficial de las 17 comunidades autónomas (5,1).

En el capítulo de otras reformas posibles, los encuestados sitúan en primer lugar (6,9) eliminar de la Constitución la mención a la pena de muerte en tiempos de guerra. Le siguen el establecimiento del derecho de voto para los inmigrantes que residan legalmente en España; la eliminación de la distinción entre nacionalidades y regiones; la supresión de las referencias a un trato especial a la Iglesia católica; el blindaje de las competencias del Estado para evitar más transferencias a las comunidades; la regulación del uso de las lenguas cooficiales en cada autonomía y la eliminación de la referencia al Ejército como garante de la unidad de España.

Los votantes del PP son poco partidarios de reformar el capítulo que da un trato especial a la Iglesia católica, mientras que suponen el grueso de las opiniones favorables al blindaje de las competencias estatales frente a las autonomías. Los que se inclinan por el PSOE defienden en primer lugar la supresión de las referencias a la pena de muerte vinculada a los tiempos de guerra.

Los encuestados por Metroscopia consideran mayoritariamente (58%) que España goza de una "buena Constitución", a diferencia de lo que ocurría 20 años antes, cuando sólo el 39% opinaba lo mismo mientras que el 41% tildaba de "regular" la Ley Fundamental, según el banco de datos de la empresa que ha elaborado el sondeo.

Pese a la buena opinión sobre la Constitución, la inmensa mayoría (88%) reconoce que no la conoce bien 30 años después de que fuera aprobada. En esto, los tiempos no han permitido avances y sigue siendo abrumadoramente mayoritario el porcentaje de españoles que reconocen su ignorancia respecto a la principal norma de derecho del país.

La memoria respecto a aquella fecha mejora los resultados reales que cosechó el referéndum de la Constitución. Entonces, el 88% de los que acudieron a las urnas respaldó el texto de la Norma Fundamental. El sondeo de Metroscopia preguntó a los mayores de 48 años -con edad para votar en aquel momento- si recordaban qué papeleta introdujeron en la urna. Y el porcentaje de votos afirmativos (96%) es ocho puntos superior al registrado.

El consenso que presidió la negociación política y la tramitación parlamentaria del texto constitucional es muy valorado 30 años después. Si en 1988, según el banco de Datos de Demoscopia, sólo el 48% de sus encuestados reconocía que la Constitución era una norma donde se habían conjugado los intereses de todas las sensibilidades políticas, en la encuesta de ahora ese porcentaje sube al 65%.