Primeros y sin ficha

Los aficionados del Leixoes no dan crédito a lo que ven. Nadie en el pequeño municipio de Matosinhos (170.000 habitantes), junto a Oporto, puede creer que su equipo esté al frente de la Primera División de la Liga portuguesa. "Pase lo que pase, nuestros muchachos nos han dado una alegría que no podíamos ni soñar", comenta un aficionado veterano. Sabe que, en los 101 años de vida del club, la mejor clasificación que alcanzó fue el quinto lugar en la temporada 1962-63. Por eso a la hinchada no le importa demasiado que el Benfica, hoy, pueda quitarles el liderato. Ya han tocado el cielo.

El Leixoes ascendió la temporada pasada después de un calvario en las divisiones inferiores durado 19 años. Su presupuesto es de 2,5 millones de euros (el del Barcelona, 308). El jugador mejor pagado gana 10.000 euros al mes (nadie tiene ficha), aunque la mayoría no supera los 4.000. Tiene 8.915 socios y un estadio capaz de albergar unos 10.000 espectadores. Eugenio Queiroz, periodista del diario Récord y socio número 933, está convencido de que "hará una temporada histórica porque el equipo está muy unido y los grandes están más débiles que nunca". Ha derrotado a domicilio al Oporto y el Sporting de Lisboa y ha empatado en su campo con el Benfica.

La sorpresa ha sido mayúscula para todos, pues nada en la pretemporada (perdió todos los partidos) invitaba al optimismo. Para Bruno Prata, de Público, la clave del éxito tiene mucho que ver con Vítor Oliveira, director deportivo. "Contamos con 14 jugadores nuevos, de los que cinco juegan regularmente, y un espíritu de grupo fantástico dentro y fuera del campo", dice Oliveira; "no tenemos la obligación de ser líderes. Ésta es una exigencia para equipos como Oporto, Benfica y Sporting. Pero sí tenemos la obligación de hacer todo lo posible para mantenernos en la mitad de la tabla".

Leixoes es el segundo puerto más grande de Portugal. La vida de los habitantes de Matosinhos ha dependido tradicionalmente de la pesca y la industria conservera y el club de fútbol ha estado estrechamente ligado a este mundo. Hoy, muchas fábricas de conservas se han transformado en proyectos urbanísticos en zonas de lujo y los jugadores del Leixoes ya no son hijos de pescadores.

El Leixoes se ha puesto de moda y ha despertado la curiosidad de algunos ojeadores extranjeros. "Hemos recibido ofertas por cuatro jugadores", revela el director deportivo. La filosofía del club, avalada por el presidente, que llegó hace tres años, Carlos Oliveira, es descubrir, formar y rentabilizar talentos jóvenes con el objetivo de "vender un jugador por temporada" para hacer caja. La historia del Leixoes dice que el equipo era conocido en los años 60 con el apodo de Los Bebés por tener una plantilla muy joven.

Es día de partido en casa y el equipo ha almorzado en un ambiente relajado en un restaurante de Oporto con una vista espectacular frente al mar. José Mota, 44 años, el entrenador, está reunido con los jugadores viendo un vídeo del equipo rival. "No hay un secreto en el éxito de Leixoes", dice el responsable técnico.

La verdad es que Mota, que admira a Arsène Wenger, ha formado un grupo fuerte con ambición y jugadores desconocidos. Las estrellas son el portero Beto y el delantero brasileño Wesley, máximo goleador de la Liga. Mota sabe que el liderazgo es un sueño y que puede acabarse pronto, pero, de momento, no renuncia a nada.