Riesgos caseros
Los fondos de inversión libre parecen algo sofisticados y alejados del inversor normal, y, sin embargo, cuando se analizan algunas de las operaciones de inversión de muchos pequeños ahorradores, se descubre que bastantes han venido asumiendo riesgos muy elevados, como si de hedge funds apalancados se tratara. Entre ellos destacan quienes han contratado con el banco la hipoteca de su casa en yenes. Sin saberlo, han realizando una operación arriesgadísima conocida como carry trade que consiste en endeudarse en una moneda con tipos de interés bajos e invertir en otra con tipos altos.
El carry trade ha sido una de las operativas más frecuentes de los últimos años y ha proporcionado réditos elevados a quienes han sabido finalizarla a tiempo. También es una operativa de alto riesgo que esencialmente ha consistido en endeudarse en yenes (a un tipo de interés cercano a cero) e invertir ese dinero en bonos emitidos en las monedas con tipos de interés más elevados, por ejemplo, el dólar australiano. De esa manera se obtenía una rentabilidad que era la diferencia entre el 10% o 12% que proporcionaba la inversión en Australia y el 1% o menos que costaba endeudarse en yenes. Si los bonos australianos en los que se invertía eran seguros, el riesgo de la operación consistía principalmente en la apreciación que pudiera experimentar el yen frente al dólar australiano. Una apreciación que efectivamente se ha producido y que ha obligado a los aficionados al carry trade a vender precipitadamente sus bonos australianos y a devolver el préstamo en yenes antes de que la operación se convirtiera en totalmente ruinosa. Con todos haciendo lo mismo (demandando yenes al mismo tiempo), ni que decir tiene que el movimiento retroalimentaba la fortaleza del yen. Para hacerse una idea de lo rápido que podían llegar las pérdidas: bastaba con que el yen se apreciara frente al dólar australiano en un 10%.
Los particulares con hipotecas en yenes han asumido riesgos de un fondo de inversión libre
Pues bien, este tipo de operación altamente especulativa, ha sido llevada a cabo por quienes han firmado con su banco una hipoteca en yenes. La operación, en principio, parecía atractiva: 1,5% de tipo de interés en yenes frente al 5,5% o más si el endeudamiento se hacía en euros. Un 4%, por tanto, de ahorro en el tipo de interés. Ahorro que ha saltado por los aires y ha convertido la operación en ruinosa al apreciarse el yen un 30% frente al euro entre julio y octubre.
Y es que, si el carry trade ya es arriesgado de por sí, cuando se contrata una hipoteca en yenes, el riesgo se vuelve aún mayor: al fin y al cabo, los inversores en bonos australianos pueden venderlos con rapidez, ya que, normalmente, estarán operando en mercados con bastante liquidez, mientras que quien compra una casa está invirtiendo en uno de los activos más ilíquidos en que puede pensarse y que, por si eso fuera poco, está cayendo de precio. -
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