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Crítica:DÍA A DÍA | Agenda
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Carretera y manta

El sur de los Estados Unidos: ese lugar conservador y aparentemente reacio a los cambios (incluso al que barrió el país de este a oeste en la noche del martes), contra cuyos anclados atavismos, ideológicos y raciales, Neil Young componía la amarga Southern Man, en 1970. El mismo sur al que, dos años más tarde y en respuesta a la canción de Young, los históricos Lynyrd Skynyrd dedicaban la vitalista Sweet Home Alabama como desquite. Ese es el sur, labrado de contradicciones pero pleno de riqueza musical, del que beben los Deadstring Brothers. Una banda que, pese a provenir de la norteña Detroit, tiene muy poco que ver con ninguno de los tres estilos tradicionalmente asociados a la ciudad del motor, caso del sonido Motown, la tradición de rock fiero y salvaje iniciada con Stooges o MC5 y continuada en la actualidad por White Stripes o la escuela techno surgida en los ochenta. Lo suyo es el rock de carretera y manta, anclado en el mismo sonido, pantanoso y lindante con el country y el rythm'n'blues, que practicaban los Rolling Stones de Exile on Main Street o el mejor Gram Parsons. Dejaron una buena muestra de lo que son capaces de hacer sobre nuestros escenarios ya hace un año, como teloneros de Marah, y esta noche retornan a Valencia ya como actores principales de la función.

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