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La Policía desmantela una red de tráfico de armas en Sevilla

Algunas de las pistolas son de gas y están trucadas

Un total de 33 armas de fuego, entre revólveres y escopetas. 2.000 cartuchos de diferente calibre. Tres catanas, 40.000 euros y una planta de marihuana de dos metros de altura. La Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla informó ayer sobre la intervención de este material en varias viviendas de la zona sevillana de las Tres Mil Viviendas. En la denominada Operación Silverio se llevó a cabo la detención de seis personas, de entre 25 y 58 años, que supuestamente vendían las armas de fuego en el mercado negro.

El tráfico ilegal se habría realizado entre Portugal, de donde procedían todas las armas, y la provincia de Sevilla, donde se distribuían a cambio de dinero o de droga.

Los detenidos han sido puestos a disposición de la Autoridad Judicial acusados de asociación ilícita, tráfico de armas, blanqueo de capitales y tráfico de drogas. Para tres de ellos, los que tenían antecedentes policiales, se ha decretado su ingreso en prisión. Todos son de nacionalidad española menos uno de ellos, Joao M. M. S, de 38 años, oriundo de Portugal.

Las investigaciones policiales comenzaron a principios de 2007 y culminaron la madrugada del pasado miércoles con el registro de tres domicilios y la detención de los seis sospechosos. Cinco de ellos residían en las Tres Mil Viviendas y otro en la localidad de Las Cabezas de San Juan. Aquí fue donde la policía encontró la planta de marihuana gigante.

El delegado del gobierno, Juan José López Garzón, felicitó ayer al grupo IV de la Brigada Judicial, que llevó a cabo la operación, y señaló la importancia de este "golpe fuerte a la lucha contra el tráfico ilegal de armas en la calle". El Jefe Superior de Policía, Enrique Álvarez Riestra, calificó a los detenidos como "un grupo estructurado de delincuencia organizada". Añadió que "ni siquiera tenían tapadera porque no trabajaban en nada". Algunas de las pistolas, especificó, son armas de gas "trucadas para poder disparar balas".

El grupo IV de la Brigada Judicial está compuesto por siete hombres y dos mujeres. Uno de los miembros precisó ayer que la mayoría de las armas incautadas son pequeñas porque éstas pueden guardarse en un bolsillo sin que nadie lo note. "Se venden muy bien porque no levantan sospechas", precisó el agente.

El precio de estas armas puede oscilar entre los 600 a los 1.000 euros en el mercado. Las investigaciones sobre la posible implicación de éstas en otros hechos delictivos todavía permanecen abiertas.

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