Cosa de dos
Con Pedrosa y Lorenzo condenados por los neumáticos, todo apunta al duelo Stoner-Rossi en el GP de la República Checa
Para jolgorio del mundo motero, todo parece dispuesto para que el Gran Premio de la República Checa se convierta hoy en el segundo asalto del combate que Casey Stoner y Valentino Rossi comenzaron hace tres semanas, en Laguna Seca, y que se alargará hasta que uno de los dos se proclame campeón del mundo de MotoGP. En Estados Unidos ganó Rossi, que tuvo que jugarse el bigote en cada maniobra, y no hay mejor escenario que Brno para que el australiano le sirva su réplica al italiano. En cualquier caso, todo parece ser cosa de dos. Sus fuerzas están más equilibradas que nunca mientras que los que teóricamente deberían codearse con ellos apenas cuentan para nada y su condición se reduce a la de pilotos comparsa que sólo sirven para que la parrilla no se vea vacía. Así ha sido por obra y gracia de Michelin, que, mediada la temporada, ya ha condenado a todos los que calzan sus neumáticos. Un año después, la historia se repite aunque con un ligero matiz: al igual que Stoner, Rossi también equipa su moto con Bridgestone, una circunstancia que garantiza jarana entre ambos en las carreras que faltan. Hoy debería darse la primera.
Arrancará primero Stoner, que ayer logró su sexta pole consecutiva, y Rossi lo hará inmediatamente después. Importa poco que llueva o que el cielo esté despejado porque los dos más rápidos siempre son los mismos. No hay noticias de Pedrosa, que arranca el duodécimo, mientras que Lorenzo se ha convertido en una caricatura de aquel chaval que asombró al mundo cuando al inicio del año irrumpió en MotoGP de forma estratosférica. Si hoy disputa la carrera (sale el último) es gracias a un salvoconducto de la organización. Según recoge el reglamento, el tiempo que registró en la sesión clasificatoria fue superior al mínimo exigido (el 107% del más rápido).
"Si puedo hacer una buena salida y estar cerca de Stoner, creo que nos divertiremos", auguró Rossi, aquejado de una otitis y un orzuelo en el ojo derecho al que ayer intentaba curar con una bolsita de manzanilla. "Será difícil que pueda darse un duelo como el de Laguna Seca. Este circuito es mucho más largo", ahondó Il Dottore. "Cuando ves que los neumáticos no se agarran bien al suelo, tu confianza queda tocada y eso te impide rendir al ciento por ciento", confesó Pedrosa. Acto seguido se le preguntó por el clima que se respira con los empleados de Michelin. "Contestaría, pero mejor lo dejo para otro día", soltó.
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