De la ruptura a la conjura
Diez momentos, entre 2006 y 2008, que definieron a una selección ganadora
Los jugadores de la selección española alcanzaron durante el partido ante Rusia, el jueves, un estado que definieron como algo muy parecido al éxtasis. No fue espontáneo. Como dijo ayer Emilio Butragueño: "Por encima de jugadores con técnica, esta selección tiene dos virtudes. Propone un estilo y dispone del coraje de un seleccionador que lo pone en práctica haciendo jugar juntos a un grupo de futbolistas que no cualquier técnico se atrevería a alinear al mismo tiempo". Hasta que el proyecto ha cuajado, han transcurrido dos años plagados de dificultades. Estos son los momentos que definieron el tránsito.
- Kamen. Junio de 2006. En pleno Mundial de Alemania, la concentración de la selección en Kamen fue el escenario de una ruptura. El capitán, Raúl González, aprovechó su proximidad con el seleccionador para intentar controlar todos los detalles: comidas, preparación, alineaciones, horarios, disciplina interna, etc. Los testigos refieren todo tipo de fricciones. En una de ellas, Albelda, Reina y Villa se retrasaron en su regreso a la concentración después de un día libre. El horario límite era las 12.00 de la noche. Raúl lo notificó al seleccionador: "A éstos habrá que ponerles una sanción, ¿no?". El entrenador, que ya empezaba a estar harto, se revolvió: "Aquí el que sanciona soy yo". Los jugadores avisaron a la delegada de la federación que no estarían en el hotel hasta las 12.30. El seleccionador dejó pasar el retraso. Raúl no pasó por alto la escasa disposición de Luis Aragonés a tolerar su permanente intervencionismo.
Tras la desaparición de Raúl de las listas de Luis, crece el peso de Reina
El seleccionador sorprendió a sus chicos en una juerga y se unió a ellos
- Hannover. Junio de 2006. La selección queda eliminada del Mundial en cuartos, ante Francia (3-1). Todavía hoy, Luis Aragonés se lamenta por haber cedido al reclamo de Raúl, alineándolo a pesar de no estar bien físicamente.
- Belfast. Octubre de 2006. La selección cae goleada ante Irlanda del Norte en Belfast (3-2), en el segundo partido de clasificación para la Eurocopa. La hinchada local canta Sweet Caroline. Luis Aragonés vuelve a enfrentarse a Raúl. Luego dice sus famosas palabras: "Esta noche he visto quién estaba en el barco y quién no". Desde ese partido, Raúl y su pretoriano, Michel Salgado, nunca volvieron a ser convocados. España nunca más recibió tres goles.
- Estocolmo. Octubre de 2006. España pierde ante Suecia (2-0). La prensa insiste en la falta de crédito del seleccionador. Los jugadores más jóvenes, en cambio, comienzan a unirse a su alrededor. Cesc, que es titular por primera vez, e Iniesta, Villa y Torres ganan peso. En el banquillo se extiende la influencia de Pepe Reina, el portero, con una consigna que acaba por convencer a los que menos juegan: "Aquí no hay titulares y suplentes. Aquí somos todos iguales". La plantilla se conjura para respaldar la decisión del técnico de no convocar al ex capitán.
- Aarhus. Octubre de 2007. España golea a Dinamarca (1-3) y se clasifica virtualmente para la Eurocopa. El seleccionador pone en práctica un esquema que acaba por tener éxito: 4-1-4-1. Le permite poblar el centro del campo con los futbolistas que mejor interpretan su propuesta. Capdevila se adueña del lateral izquierdo. Cesc e Iniesta se consolidan en la media punta. "Luis prescinde de Raúl porque está ocupando el espacio que los jóvenes necesitan para crecer", dicen fuentes del vestuario.
- Gran Canaria. Noviembre de 2007. Tras golear a Suecia en el Bernabéu (3-0) la selección viaja a enfrentarse a Irlanda del Norte en Las Palmas. Preguntado por su permanencia al frente del equipo tras la Eurocopa, el seleccionador responde: "Esta leche tiene fecha de caducidad". En Las Palmas, tras el partido (1-0), los jugadores se van a celebrar la clasificación a una discoteca. Luis Aragonés los sorprende en plena juerga. Se les une, y entre todos le dedican un homenaje espontáneo. El seleccionador es manteado al grito de: "¡Esta leche no caduca más!".
- Madrid. Febrero de 2008. En un intento desesperado por regresar a la selección, Raúl solicita a Luis Aragonés convocar una conferencia de prensa para escenificar su unión. "Lo importante es el futuro", dice Raúl. "Si considero que debo convocarlo, lo haré", dice el técnico. Pero en los amistosos contra Francia e Italia no le llama. Uno de los nuevos líderes del grupo celebra la resolución del técnico: "¡Qué huevos que tiene el míster!".
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