La batuta de Modric

Bilic tiene una fe ciega en él. A sus 22 años, Modric ha recibido los galones en la medular de Croacia, con la que debutó en 2006. Y ha cargado su 1,74 de estatura con el peso del ordeno y mando. "Es un futbolista de gran calidad. Le conozco desde que le entrené en la sub 21 y, aunque todavía es muy joven, se le puede considerar como uno de los mejores. En la Eurocopa todo el mundo podrá ver su talento", afirma el técnico croata. Ahora es el turno de que el medio Luka Modric (Zadar, 1985) confirme los augurios de su mentor. Hoy (Digital +, 18.00), en Viena, en el debut croata ante la anfitriona, Austria, tiene la primera oportunidad.

El ex medio del Dinamo de Zagreb, actual campeón de la Liga croata, ha demostrado que no le asusta la responsabilidad. "Es un auténtico líder", considera Jarni. El ex jugador del Madrid y el Betis, que le ha sufrido este año como adversario desde el banquillo del Hajduk Split, no duda de su capacidad para triunfar en esta Eurocopa. "Es el típico jugador que insufla voluntad y trabajo al equipo. No para de moverse, incluso cuando el balón está parado", comenta.

"Posee un gran talento y una gran intensidad", explica el preparador español

Modric es ambidiestro, con una velocidad desbordante y un control técnico que cose el cuero a la bota. Tanto talento no ha pasado inadvertido en Europa. Arsenal, Bayern, Newcastle e incluso Barcelona le tuvieron en sus agendas este año. Fue el Tottenham el que al final se hizo con sus servicios para las próximas seis temporadas por 20,6 millones de euros, la cantidad más alta pagada por los Spurs en su historia. Juande Ramos, el técnico del club inglés, reconoció que le bastó con verle en dos partidos. El consejo de Elvis Scoria, futbolista croata que jugó en el Lleida, hizo el resto. "Posee un gran talento y una gran intensidad", comentaba el preparador español tras anunciar su fichaje.

Ante la sequía de su vanguardia, los croatas confían en el rendimiento de sus centrocampistas. "Nuestro juego se basa en el control del balón", reconoce Jarni. Allí, en la sala de máquinas, han otorgado el liderazgo a Modric para dirigir a Croacia, que no pasa de la primera ronda desde su bronce en el Mundial de 1998. "Debutar ante un equipo local es muy peligroso, pero, si la conseguimos, la victoria puede aportarnos un plus de confianza", opina Jarni.

Algunos llaman a Modric (tres goles en 26 partidos con su selección) el Cruyff balcánico, quizás más por su parecido físico con el holandés o porque usa el dorsal 14 que por su estilo. Como extremo o de volante interior, Modric aún debe encontrar su voz sobre el campo. En el Dinamo ha jugado más por la banda. En la selección, Bilic le prefiere más centrado para ayudar al veterano Niko Kovac a sacar la pelota con limpieza. A Jarni tampoco le parece un conflicto irresoluble. "No importa dónde le pongan porque posee muchas virtudes: tiene olfato de gol, destaca en el uno contra uno, es veloz... Es muy bueno".