El nuevo ejército de 'Napoleón' Terim
Turquía ha renovado sus valores futbolísticos y empieza a progresar tácticamente
La fría Suiza, presa de la lluvia y de un silencio tan sobrecogedor que muchas de las salas de prensa de la Eurocopa todavía permanecían ayer cerradas en vísperas de la inauguración, desconfía especialmente de la pasional Turquía. Aunque debutaron internacionalmente en la Copa del Mundo de Suiza 1954, los turcos no son precisamente los mejores amigos de los anfitriones desde que los jugadores y técnicos de ambas selecciones protagonizaron un duro enfrentamiento en 2005 durante la repesca del pasado Mundial. El factor campo, por tanto, jugará en contra de Turquía, que, por lo demás, en su estreno contra Portugal no contará ni siquiera con el apoyo de su primer ministro, Recep Erdogan, quien ha cancelado su presencia por la tensión política en su país.
"Hay que jugar con cabeza, no con el corazón de unos escolares"
Brinca la agitada Portugal y bulle Turquía, que recupera el protagonismo internacional que tuvo en Japón y Corea del Sur 2002, donde fue tercera, después de cuatro años de ausencia de los grandes torneos: Portugal 2004 y Alemania 2006. Fatih Terim (Adana, 1953) regresó al banquillo en 2005 y ya se sabe que Napoleón, como se le apoda por cómo idolatra la estrategia militar, nunca diseñó una batalla para perderla.
Ex futbolista sin mayor recompensa que tres Copas con el Galatasaray, Terim ha sido un pionero: era el seleccionador cuando Turquía llegó por vez primera a una Eurocopa (1996), era el entrenador cuando el Galatasaray se convirtió ante el Arsenal en el primer club turco que ganaba un torneo europeo (la Copa de la UEFA en 2000) y fue el primer turco que entrenó en el calcio (Fiorentina y Milan).
Indiscutible en el Galatasaray, con el que consiguió cuatro Ligas consecutivas (1997-2000) a partir de una columna vertebral formada por Popescu, Hagi y Hakan Sükür, Terim fue amado en Florencia hasta provocar el colapso financiero y emocional de Vittorio Cecci Gori, el productor cinematográfico dueño del club, y enamorar a Silvio Berlusconi. "Me gusta su fútbol, su sentido del espectáculo, su valentía", anunció el amo rossonero poco después de que su equipo hubiera recibido cuatro goles del Fiorentina, derrota que evocó otro partido célebre perdido por el Milan en la Liga de Campeones ante el Galatasaray de Terim en 1999. Si con Toldo, Rui Costa, Chiesa y Nuno Gomes hizo olvidar a Batistuta durante 20 jornadas que llevaron a la Fiore a ser la más guapa del campeonato, en Milán sólo duró nueve partidos como sustituto de Alberto Zaccheroni. Una vez adquirido, Berlusconi no le dio tiempo ni para fracasar y Terim fue sustituido por Carlo Ancelotti ante el cabreo de la hinchada y de pesos tan pesados como Maldini.
Napoleón Terim regresó a Turquía y volvió a empezar, como si nada: el Galatasaray y la selección, que ya había dirigido desde 1993 hasta 1996. Hoy aparece de nuevo en Suiza con un plantel renovado y un equipo evolucionado, plagado de jugadores del Galatasaray y el Fenerbahçe, el equipo sorpresa de la Champions.
"Los clubes están creciendo económicamente en Turquía y aumenta el negocio del fútbol" anuncia el seleccionador; "desde la Eurocopa de 1996 se produjo un cambio de mentalidad que desató la revolución: enseñamos a los futbolistas a ganar en vez de intentar no perder y empezamos a exportar. La calidad se puede mejorar en cualquier parte del mundo. La mentalidad, en cambio, es muy personal y afecta a los jugadores según su procedencia social y el entorno".
Terim ha reunido a una mezcla de veteranos, como Rüstü, Emre y Nihat, presentes en el Mundial de 2002, y jóvenes que apuntan muy buenas maneras, especialmente Mevlüt Erding, delantero del Sochaux, y el medio Arda Turan, quien, a sus 21 años, pasa por ser el mejor jugador del país tras una gran temporada en el Galatasaray, por no hablar de gente más conocida como Hamit Altintop, volante del Bayern Múnich, o el medio zurdo Tuncay Sanly. El punto final es Nihat: 18 goles con el Villarreal este curso y 11 en 54 partidos con Turquía.
Asegurado el talento y el entusiasmo, Nihat coincide con Terim en la necesidad de fortalecer la organización. "Los partidos se deciden por detalles y ahí debemos mejorar mucho porque más que los jugadores clave importan las jugadas clave. Hay que progresar en la construcción del juego, desplegarnos con la cabeza de profesionales y no con el corazón de unos escolares", dice el seleccionador. Y remata Nihat: "Necesitamos modernizarnos. Tácticamente, no estamos al nivel de los mejores y carecemos de la cultura de la perfección. Por vez primera en la preparación de la Eurocopa, utilizamos el vídeo para desmenuzar el juego del contrario". La nueva generación necesitaba que Napoleón Terim volviera al campo de batalla para la estrategia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.