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Tentaciones
Reportaje:ESCENARIOS

Poetas del kilobyte

"PUEDE resultar sorprendente darse cuenta de que la poesía no es solamente amor, flores y pajaritos", advierte Eugenio Tisselli, trovador digital y experimentador. Este mexicano de 36 años cree que la poesía consiste en probar elementos "casi subversivos". No hace falta que lo jure: sus trabajos son provocadores, difieren de las rimas clásicas. Y quien no se lo crea que se dé una vuelta por su extraña página web (ver despiece). Tisselli deja que el espectador interactúe. Es un creador de software lírico, como el llamado Construir con palabras. Enciendes el ordenador y entras en una página casi 100% negra, de aspecto semicutre. En medio, un espacio en blanco para escribir una palabra. Basta con que ésta sea en castellano, catalán o inglés. "Botella". "Ampolla". "Bottle". En cuestión de segundos aparece un espacio virtual en 3D rodeado de 20 cubos. Cada uno de ellos, empapelado con una fotografía… relativa a la "botella". O al palabro que intentes. ¡Todos funcionan! Agarras el ratón… y a moverse por el espacio. Una aparente tontería que engancha. ¿Acaso no es poesía? Lo sea o no (cada cual que decida), el 3-D de la botella sólo es un ejemplo de los inventos de Tisselli (el más famoso es el MidiPoet, un software generador de poemas), que participará en el festival Yuxtaposiciones de polipoesía, del próximo 29 al 31 de mayo, en La Casa Encendida de Madrid. Rui Torres, portugués de 35 años de Oporto, que también participará en el evento, es fan del mexicano: "Sus trabajos son el ejemplo de que se puede hacer lo mejor en términos de polipoesía con ayuda de la programación informática".

¿Paranoias? ¿Arte? ¿Chorradas elevadas a la categoría de arte? Primero hay que abrir la mente, sin prejuicios. "Yuxtaposiciones es la oportunidad perfecta para que el público vea que la poesía no es la cosa aburrida con la que los malos profesores los torturaron en el pasado", convence Ricardo Domeneck, brasileño de 31 años, otro de los polipoetas participantes, que mezcla vídeo con música, con texto, con ruido... Más ejemplos: Josep Pedrals, barcelonés de 29 tacos, es un rimador más clásico. "Soy de escenario de teatro", dice, pero conectado a MySpace, claro. Pedrals no encuentra los límites del arte y los versos: "Me encanta el programa ése que se inventó Eugenio para crear poemas", asegura. Unos límites que seguramente siempre los fija el público. "La poesía muchas veces reside en las intenciones del creador de objetos. Una vez que han sido creados pueden quedar como un fantasma, invisibles para muchos", opina Tisselli. Pero aunque a veces no se entienda nada, quizá no importe... Quedarás pegado a una pantalla, o a un escenario, o a unos auriculares, tratando de descifrar qué pasa. Ruiditos, imágenes extrañas, sugerentes sensaciones. Gonzalo Escarpa, asesor de Yuxtaposiciones, ríe: "Se disfruta maravillosamente de lo inentendible".

El ruido también es polipoesía. Uno de sus defensores es Mark Sutherland, canadiense de Toronto, 53 años: "Mis creaciones se centran en el metalenguaje, la fonética, los vocablos, las partículas del discurso, las mecánicas del habla y los sonidos del cuerpo, formulados por el ritmo, el tono, la textura y la duración". Además, Sutherland, que aparece en la fotografía principal de este reportaje tapándose su boca con cinta aislante, es dueño de actuaciones tan originales como la lectura del poema de Arthur Rimbaud Le bateau ivre (El barco ebrio). De la borrachera al vino, y del vino a los corchos que sellan las botellas. Así nace su actuación: "Leo el poema de Rimbaud, letra a letra, y tiro un corcho al suelo de la galería por cada letra del poema", explica. Así hasta 3.760. "Tardo cerca de dos horas en completar mi lectura de Le bateau", dice. Utiliza 620 es, 37 ges, 212 enes o 444 eses, por poner varios ejemplos. Una borrachera de letras... y corchos que inundan el suelo.

"La polipoesía tiene que ver con la poesía sonora, con lo audiovisual, con la relación entre el autor, la palabra y el público. Nació en los años setenta. Pero actualmente todavía se están definiendo muchos de los conceptos que engloba", trata de aclarar Escarpa. Por ejemplo, slam poetry, spoken word, videopoesía, perfopoesía… "Las etiquetas no están definidas aún", insiste. Las posibilidades son tantas como amplia es la mente humana. Un ejemplo curioso, la Text Box, que también se podrá ver en Yuxtaposiciones. "Te pones unos auriculares y escuchas al poeta, que está metido en una caja insonorizada", describe Escarpa, que anuncia otro invento espectacular para el festival: "Habrá una intervención espacial del patio de La Casa Encendida para convertirlo en un poema en sí. No puedo explicar más. Desvelaríamos la sorpresa". Nora Gomringer, alemana de Neunkirchen, 28 años, también en el festival, justifica una definición amplísima del hecho poético: "La poesía puede ser muy visual, use palabras o no. Depende de tus sentidos. El ojo, el oído, el tacto, el olor…". Domeneck lo explica a su manera: "Hay nuevas maneras y procesos de pensamiento, nuevas formas de usar la lengua. Hay quienes trabajan exclusivamente con la palabra escrita, otros con la palabra oralizada, otros con sonidos, o con el cuerpo. La tecnología permite que todas esas manifestaciones sean registradas".

No le falta razón. En este mundo polipoético, las nuevas tecnologías, la informática e Internet, juegan un papel muy importante. Todos los autores tienen sus propias páginas webs y sus sitios en MySpace, donde cuelgan sus trabajos, donde se puede mirar, escuchar, sentir. "El futuro de la polipoesía está ya en su nombre: la pluralidad de sus propuestas. La poesía no necesita quedarse en la cárcel del libro, y su trabajo con el lenguaje puede respirar el aire fresco de la performance, viajar en las olas de la radio o de Internet", defiende Domeneck. ¿Acudimos a Yuxtaposiciones? "Es una rareza. Y es extraño, curioso. Si quieres ver una mezcla de animales de zoo y compartir nuevas cosas y efectos que te hagan sonreír y pensar en el lenguaje desde un nuevo ángulo… ¡sí!", recomienda animada Gomringer.

Mark Sutherland, canadiense, cree que la poesía  no sólo se hace con palabras. Él usa muy pocas en sus representaciones
Mark Sutherland, canadiense, cree que la poesía no sólo se hace con palabras. Él usa muy pocas en sus representaciones

GENIOS DE LA 'RIMA' DEL SIGLO XXI

Son los nuevos poetas. Eugenio Tisselli y Mark Sutherland están entre los mejorcitos fuera de España. Josep Pedrals y Eduard Escoffet, ambos catalanes, dan la talla en este país.

EUGENIO TISSELLI. 36 años. "Mi campo de acción es la poesía digital. El trabajo que me interesa consiste en crear un programa que, al ser ejecutado, genera textos. Ahí reside, en mi opinión, el verdadero trabajo creativo. Creo más en la escritura del programa (del código informático que permite su poesía) y no tanto en sus resultados". Es Eugenio Tisselli, inventor mexicano de diversas aplicaciones poéticas informáticas. La más famosa en el mundillo: MidiPoet. Con ella ha generado imágenes como la de la izquierda, llamada True love o Amor verdadero. Tisselli trabaja en un laboratorio parisiense en el terreno de la investigación científica: "De alguna manera, lo que hago en mi empleo se manifiesta en mi obra". Con su poesía, dice, "es difícil que nadie se gane la vida".

www.motorhueso.net

JOSEP PEDRALS. 29 años. Este barcelonés ríe a carcajadas cuando recuerda cómo arrasaba en los concursos de poesía de su colegio, la Escola Pía de Nostra Senyora. Aunque Pedrals, modesto, reconoce: "¡No tenía tanto mérito, no se presentaba nadie!". De los más clásicos en Yuxtaposiciones, asegura que la poesía tiene mucho futuro. "Ya lo decía Joan Maragall a principios del siglo XX: la poesía ha empezado y está llena de virtudes desconocidas". Pedrals dice que cuando actúa se divierte y ríe. El público le acompaña. Hasta su contestador de móvil es una poesía que él recita e inevitablemente te hace sonreír: "Sis sis nou… L'embolic o l'enrenou fan que no siguis atés. Si us plau, omple el buit" ("Seis seis nueve… El lío o el ajetreo hacen que no te atienda. Por favor, rellena el vacío".

http://elblogdenpedrals.blogspot.com

MARK W. SUTHERLAND. 53 años. Este canadiense no puede quejarse. Gana pasta con la polipoesía: "Un poco sí… Además, como artista profesional recibo subvenciones del Gobierno de mi país". Sutherland se autodefine como un "artista intermedia que practica un híbrido que pivota en la creación de un trabajo que confunde las fronteras entre la poesía, el arte visual, la música y el arte representado. Hago poesía que es arte visual, arte visual que es música y música que es poesía". Toma ya. Sutherland mezcla el lenguaje como un dj la música. De ahí salen distintas creaciones. Ah, lenguaje casi siempre no verbal: "Es posible hacer poesía sin usar la palabra. De hecho… yo uso muy pocas reconocibles". En la imagen, 3.760 corchos. Uno por cada letra de un poema.

www.wmarksutherland.com

EDUARD ESCOFFET. 28 años.

Este catalán lleva al escenario sus creaciones con palabras, a las que a veces añade elementos sonoros. Este año no participa en el festival Yuxtaposiciones, aunque va a ayudar en su montaje. "Creo a partir de una idea que te puede venir de repente... Pero trabajo a partir de textos y también de sonidos. Es lento. La inspiración sirve, pero no lo es todo", cuenta. "La polipoesía lo que hace es llevar la poesía a un escenario. Y allí se expone, bien sea mediante elementos tradicionales o de vanguardia", explica. Para él, Yuxtaposiciones es una gran oportunidad para disfrutar. Y dice: "Es un festival que está hecho para la gente que no lee o no va a recitales de poesía. No es para literatos", concluye.

www.propost.org/escoffet

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