Alberto Contador correrá el Giro

El ganador del último Tour, Alberto Contador, estaba el viernes descansando de una primera parte de temporada intensa y victoriosa -triunfos en las Vueltas a Castilla y León y País Vasco- y pensando en recargar las pilas con vistas a la Dauphiné Libéré, que comienza el 8 de junio, cuando recibió una llamada de Johan Bruyneel, su director. "Prepara la maleta", le dijo, "que el miércoles tienes que estar en Palermo".

"¿Cómo?"

Y Bruyneel le tuvo que explicar que le había llamado Angelo Zomegnan, el organizador del Giro de Italia, una carrera que al igual que el Tour de Francia, varias veces había anunciado que no contaba con el Astana de Contador, para ofrecerle una invitación de última hora, con una sola condición, que en el nueve del equipo figuren sus tres figuras, Contador, el alemán Andreas Klöden -vencedor virtual del Tour de Romandía, que termina hoy- y el norteamericano Levi Leipheimer. El Giro, así, contará con 23 equipos el próximo sábado en su salida desde la capital de Sicilia.

El cambio de política del Giro y la invitación oficial extendida por la Vuelta esta misma semana dejan al Tour de Francia como única carrera que mantiene, por ahora, el veto al Astana por los escándalos antidopaje protagonizados por los antiguos equipos patrocinados por la federación de Kazajistán en los dos últimos años.

La noticia hace también patente la incertidumbre reglamentaria y organizativa que vive el ciclismo en la actualidad. Fuentes del Astana subrayaban ayer la complicación de disputar una temporada sin tener claro el calendario, y no sólo para los corredores, que deben olvidarse de una planificación lógica y deportiva -por ejemplo, para Contador los tres objetivos del año, para los que había planeado la preparación, eran la Dauphiné, la contrarreloj de los Juegos Olímpicos y la Vuelta: ahora deberá cambiar las prioridades-, sino para todo el personal, mecánicos, masajistas y demás.